No pierdan un minuto, “porque el camino es largo y
las provisiones escasas. (…) Pero lo más importante es la labor, es
decir anhelar laborar en Su trabajo, dado que el trabajo ordinario no
cuenta para nada, sólo las pequeñas porciones que son más que lo
ordinario, que son llamadas “labor”. Es como la persona que necesita
comer una libra de pan al día para estar llena. Todo lo que come no
merece el título de “comida satisfactoria” sólo la última pequeña
porción de la libra. Esa porción, con toda su pequeñez, es lo que define
la comida como satisfactoria. Similarmente, de cada servicio, el
Creador extrae sólo las pequeñas porciones más allá de lo ordinario, y
serán las letras y los Kelim (vasijas) en las cuales recibiremos la Luz de Su rostro. El problema es dónde obtener la fuerza para multiplicar constantemente los esfuerzos.
¿Cómo podemos imaginar la importancia de la meta espiritual, es decir,
el otorgamiento, para que cada vez pese más que la carga en el corazón?
El corazón se ve agobiado; el deseo de todos los tipos está creciendo,
de manera que apenas si podemos ver que viene como “ayuda en contra”.
Pero siempre pensamos que esos son obstáculos reales
e incluso que no son obstáculos, sino que esta es nuestra vida y que
nosotros necesitamos lidiar con esas dificultades, enfocando toda
nuestra atención y esfuerzo en ellas.
El sentido común sugiere que ustedes deben comportarse de cierta manera; no se trata de debate filosófico como en Cabalá;
no es el mundo espiritual oculto, sino la vida real sobre esta tierra.
Nosotros no somos capaces de aceptar esos problemas como obstáculos en
el camino espiritual y elevarnos por encima de ellos sin excepción y
anexarlos al avance espiritual. La carga en el corazón nos supera,
confundiéndonos con todo tipo de problemas. Parece que nuestra vida está
en ellos, y antes que nada necesitamos lidiar con ellos y sólo tras eso
ocuparnos del avance espiritual. E incluso después de haber entrado al
mundo espiritual, encontramos cada vez más difícil el concentrarnos en
la meta, dirigirnos hacia la verdadera meta, es decir, el otorgamiento,
amor por el otro y a través de este hacia el amor por el Creador. Se vuelve más difícil acudir al entorno y pedir apoyo. Los obstáculos vienen de los dos lados, además de provenir de este mundo, también vienen del Creador, del grupo, del maestro,
de todos los factores materiales y espirituales. En la vida terrenal,
nos abruman las preocupaciones comunes acerca de: comida, familia, dinero,
poder, conocimiento. El maestro, el grupo, el Creador actúan en la
vida espiritual. Pero no queremos ver en todo eso un medio para avanzar
que nos envían desde arriba. Olvidamos que sólo estamos contra la Luz
superior y comenzamos a hacer diversos cálculos materiales, haciendo
lento nuestro camino. Sólo el esfuerzo total del grupo
es capaz de crear la fuerza general que al menos nos mantendrá en la
comprensión correcta a partir de la cual podemos comenzar a corregir
nuestros estados individuales. Sólo entonces seremos capaces de hacer un
esfuerzo por encima del poder humano, con la ayuda del entorno y la Luz
que Reforma.
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