El Creador mismo
pone la mano de uno sobre el buen destino al darle una vida de placer y
contento dentro de la vida corporal que está llena de tormento, dolor y vacía de cualquier contenido. (…) No hay un mayor posicionamiento de la mano de uno de parte de Él que este. Mi elección se relaciona sólo con
el reforzamiento. Esto se debe a que existe ciertamente un gran esfuerzo
y labor aquí antes de que uno purifique su cuerpo para que sea capaz de
observar correctamente la Torá y los mandamientos, no para su propio placer, sino para darle contento a su Hacedor, lo cual es llamado Lishmá (por Su Nombre). Sólo de esta manera se le concede a uno una vida de felicidad y amabilidad que viene al observar la Torá. Sin embargo, antes de que uno llegue a
esa purificación, existe ciertamente una elección para reforzarse en el
buen camino mediante todo tipo de medios y tácticas. Además, uno debe
hacer lo que sea que sus manos encuentren la fortaleza de hacer, hasta
que complete el trabajo de purificación y no caiga bajo el peso de su
carga a mitad del camino. ¿Cómo podemos entender esto? En
realidad, esas palabras describen una imagen terrible: El Creador me
sostiene “por las orejas” o “por los hombros” me dirige en cada paso a
través de placeres o sufrimiento,
es decir, Él puede hacer conmigo lo que le plazca. Y aparte de eso,
existe algo en lo cual yo debo “reforzarme” por encima de lo que Él me
envía. Como resultado, no tengo elección en la
vida diaria porque soy dirigido de forma implacable por el placer y el
sufrimiento. Mi naturaleza automáticamente obedece sus dictados, no
hay nada que yo pueda hacer al respecto. Algún mecanismo en mí siempre
vuelve mi cabeza hacia el placer y mi espalda hacia el sufrimiento. El
“automóvil” sólo puede evadir el mal y dirigirse hacia el bien. ¿En qué puedo reforzarme entonces? ¿Cómo
puedo ganar poder sobre el “cuerpo”? ¿Cómo puedo resistir las “órdenes”
del Creador que me dirige desde arriba en el nivel animado? ¿Es esto
posible? El hecho es que aparte de la voluntad
del Creador, hay otro factor que puedo usar: la influencia del entorno.
Así, voy en contra del Creador, en contra de Su naturaleza, obtengo algo por encima del grado “animado”, me convierto en algo más grande. Baal HaSulam,
“La libertad”: Por lo tanto, aquel que se esfuerza por elegir
continuamente un mejor entorno es digno de alabanza y recompensa. Pero
aquí tampoco es debido a sus buenos pensamientos y obras, los cuales
vienen a él sin su elección, sino a causa de su esfuerzo por adquirir un
buen entorno, el cual le trae esos buenos pensamientos y obras. Por lo tanto es claro que tenemos
libertad para construir, por encima del nivel “animado”, el grado
humano, el ser humano, que cabalgará sobre un “animal” manejará su
naturaleza. Para hacer esto, la persona también usará dos fuerzas, pero
serán diferentes: Ahora ella definirá el bien y el mal por medio de un
buen entorno que la llena. Así, el Creador controla a la persona en el nivel de la “razón”, pero el auto manejo se realiza “por encima de la razón”.
La clave aquí es el grado hasta el cual
yo me integro en el entorno correcto y soy absorbido por este. Mi buen
futuro depende sólo de esto.
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