Cada regalo; que él le da a su amigo es como una bala que
hace un agujero en la piedra. Y a pesar de que la primera bala sólo roza
la piedra, cuando la segunda bala golpea el mismo lugar, ya hace una
muesca y la tercera hace mella. A través de las balas que él
dispara repetidamente, la mella se convierte en un agujero en el corazón
de piedra de su amigo, donde se reúnen todos los regalos. Cada regalo
se convierte en una chispa de amor hasta que todas las chispas de amor
se acumulan en el agujero del corazón de piedra y se convierten en una
llama La diferencia entre una chispa y una
llama es que donde hay amor, hay revelación abierta, es decir, una
revelación para todas las personas por las cuales el fuego del amor arde
en él. El fuego del amor quema todas las transgresiones que uno
encuentra en el camino.
Pregunta:
Se nos dice que el amor se adquiere a través de buenas obras. Cuando la
persona le da un regalo a su amigo, cada regalo es como una flecha que
golpea el corazón del otro y hace un agujero en este. En última
instancia, una flecha tras otra, rompen el muro en el corazón del otro y
se crea la unidad emocional entre ellos. ¿Qué se entiende por “regalos”
en las relaciones en una pareja? ¿Se trata de un anillo comprado en una
tienda o algo más?
Dr: Laitman
En primer lugar, antes de comprar el anillo es necesario verificar si
esto realmente hará feliz a la mujer. Tal vez ella necesite zapatos
nuevos, o ¿quizás en vez de un anillo o zapatos nuevos prefiera salir
contigo de vacaciones por unos días?. El significado de un “regalo” es que
primero ustedes revisan si ella lo necesita. Yo cerraría todas las
tiendas de regalos, dado que están llenas de cosas absolutamente
superfluas que nadie necesita. Por el contrario, es necesario comprobar
qué quiere la mujer y traerle algo que sea exactamente de acuerdo a su
deseo y entonces a esto se le llama un regalo. El regalo no tiene por qué ser material;
lo más importante es cumplir con el deseo de la pareja. Incluso una
buena relación es aceptable como regalo si esta proviene del amor que no
requiere compensación. A través de una relación como ésta yo no exijo
de la pareja nada a cambio, puesto que disfruto de la actividad y no
espero una compensación a cambio. Por el contrario, estoy agradecido por
la oportunidad de darle un regalo, lo cual es un placer para mí. Yo veo cuanto disfruta mi esposa
comprando un regalo para un nieto en su cumpleaños. Ella debe
agradecerle por su cumpleaños, porque para ella fue un placer buscar un
regalo para él y pensar qué comprarle exactamente de tal manera que a él
le guste. Este es un ejemplo de un regalo que proviene del amor.
Es lo mismo con respecto a las
relaciones en la pareja. Yo tengo que integrarme en los deseos de mi
pareja e imaginar qué la haría muy feliz. Después de esto voy y lo
llevo a cabo con el objetivo de cumplir su deseo. Y de ninguna manera o
forma tengo que esperar ninguna compensación a cambio del regalo, pues
aquí se hace un cálculo interno sin ningún tipo de beneficio personal. Porque si necesito una recompensa a
cambio de mi regalo, esto ya no es un regalo, sino que se trata sólo de
una transacción comercial. Se da un regalo por motivos completamente no
egoístas, más bien, sólo a partir del amor. Mi pareja no me debe nada a
cambio, por el contrario, para mí fue un placer dárselo.
Cuando hablamos de concesiones mutuas,
entonces allí es todo lo contrario; yo hice una concesión y requería de
la pareja una acción en respuesta a esto. Pero un regalo está por encima
de todo eso.
Con la ayuda de un uso correcto de los
regalos, recibimos las oportunidades de construir buenas relaciones
entre nosotros, de comenzar una “nueva vida”. Porque por medio del
regalo, le transmitimos nuestro amor a la pareja y por medio de ello la
adquirimos. En la vida real a veces ocurre lo
contrario, los regalos que le damos a la pareja o a los niños destruyen
las relaciones entre nosotros. Pero esto sólo se debe a que estos
regalos no provenían del amor absoluto, sino de una intención de
sobornar a la mujer como compensación por mi comportamiento. En una
circunstancia como esta, no se trata de un regalo sino de una
compensación. Cuando yo le prometo a mi hijo un regalo si termina el año
escolar con éxito, a esto tampoco se le llama regalo, sino simplemente
un pago. Yo tengo que mostrarle a mi esposa que
le traigo un regalo sin ninguna intención egoísta, sino sólo por amor.
Se nos dice: “aquel que le dé un regalo a su amigo debe hacérselo
saber”. ¡Que este regalo se lo traigo sin ninguna razón! Para todo lo
demás hay razones, y en este caso no la hay, por lo tanto, yo debo
hacérselo saber. Un regalo como este sin una razón despierta el amor
mutuo del otro lado. No se trata de una compensación, ni de una
recompensa, pero requiere algún tipo de respuesta, de reciprocidad. En primer lugar, de mí depende el saber
qué quiere mi esposa. Después de haberlo comprobado, le traigo un
regalo y le digo cuánto me tomó pensar qué sería mejor comprarle y que
incluso ahorré dinero para este propósito, cuánto tiempo busqué
exactamente lo que ella necesita. Es decir, yo duplico este regalo
porque pensé mucho en ello; busqué y quise cumplir con los deseos de
ella. Al satisfacer su deseo, yo le di un
llenado, porque la amo absolutamente sin ningún cálculo. Disfruté mucho
trayéndole un regalo y siento que mi esfuerzo terminó; yo estaba muy
feliz buscando un regalo para ella que la hiciera feliz. A esto se le
llama un regalo. Como se nos dice, cada regalo es como
una flecha que golpea el corazón del otro y hace un agujero en éste.
Esto habla acerca de extraños, de egoístas que se encuentran en un
conflicto. Pero si estamos hablando de la pareja, es fácil derretir el
corazón de la pareja. Por lo tanto es más fácil empezar a construir
relaciones de este tipo dentro de la familia y sólo después de esto en
otros lugares. En las relaciones en pareja, ellos no están separados por
fuertes muros impenetrables, como los hay entre extraños. ¡Por lo
tanto, vengan, comencemos por la familia!
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