El principio de “ventaja de la luz sobre
la oscuridad” se expresa en ella de forma significativa. Incluso en el
nivel animal existe un fenómeno como este, pero en un grado muy
limitado. Lo mismo sucede en los estados por los
que nosotros pasamos, y entre ellos hay estados muy buenos y
placenteros, pero más tarde los perdemos sin prestarles atención. La
sensación gradualmente decae y yo no siento la pérdida. Carezco de la
consciencia de su importancia y de la preocupación incesante de que debo
proteger esta sensación.
¿Entonces por qué se me arrebata este
estado y se me impide darme cuenta de su importancia y permanecer en
este? Es para que yo alcance un estado más elevado. Aun así no siento
ninguna necesidad de un estado más elevado; no tengo apetito por ello;
no hay “aperitivos” que incrementen mi apetito. Por lo tanto debo
construir el deseo adicional dentro de mí, de manera que yo no esté
satisfecho con el estado presente. Esto es muy difícil. Sólo si quiero
expandir mi deseo por el otorgamiento, existirá una posibilidad como
esta, gracias al entorno. Pero si estamos hablando del deseo de recibir,
esto es totalmente imposible. Por lo tanto se nos da un estado de descenso. Un descenso puede suceder de esta
manera; yo no puedo estar satisfecho en el estado presente y quiero
añadirle a este. Me comparo con el entorno y veo que otros avanzan en el
otorgamiento más que yo. De esta manera se forma el vacío en mí y
aspiro a un mayor otorgamiento sin un descenso. Es decir, el entorno
forma una impresión de descenso en mí, y ya no necesito un descenso
real. Si no siento el descenso a través de
la comparación con otros, ni veo que ellos otorgan más que yo, entonces
se me da un descenso real y se añade ego a este, un deseo por placer por
encima del cual debo tener éxito en trabajar y llevarlo a la forma
correcta. Este es un proceso largo que continúa durante mucho tiempo. Ese deseo que finalmente alcanzo después
de trabajar en mi ego, luego de la caída y de llevarlo a la forma de
otorgamiento del siguiente nivel, ¡podría haberlo recibido ya listo,
hecho por el entorno y haberlo usado inmediatamente! ¡Piensen en ello!. Específicamente en este lugar
necesitamos hacer un esfuerzo. No tomar la ruta larga para caer
primero y sólo entonces ser despertado por lo que es malo para mí.
Porque entonces yo seré forzado a caer a este mundo, a sus deseos
egoístas, hasta que finalmente sea despertado, recuerde que necesito
aspirar al otorgamiento, y acuda al grupo a estudiar, este es un camino muy largo. En contraste con esto, si yo me expongo a
la influencia del entorno, entonces la envidia y la ambición me sacan
de “este mundo”, de la situación previa. Incluso si me encuentro en un
estado excelente y ahora he llegado a un ascenso, puedo describir esto
para mí como un descenso en relación al estado del entorno, que me
parece más elevado y más exitoso. Todos los amigos me parecen grandes,
se elevaron más. Podría ser que en este momento despierte
en mí, la desesperanza, una sensación de mi bajeza en relación a
otros, una envidia mundana material de que ellos tienen éxito y yo no.
Aun así esto sólo me aguijonea y me despierta, a partir de ahí es muy
fácil pasar hacia la envidia espiritual, ser llevado por ellos, querer
trabajar con ellos y ser como ellos. Esto ya es un estado de “Lo Lishmá” tras el cual aparece inmediatamente la Luz que Reforma y nos ayuda a avanzar. Sea como sea, puede conocerse la ventaja
de la luz sólo a partir de la oscuridad y no crean que es posible
encontrar el mundo espiritual sin esfuerzo. Viceversa, ¡no crean que
alguien hace un esfuerzo y no lo encuentra! El llenado se determina sólo
mediante el Kli, vasija y no importa dónde obtengamos este Kli:
¿Lo construimos nosotros mismos durante el trabajo difícil sobre
nosotros mismos con la ayuda del entorno, o lo recibimos ya hecho del
entorno? En última instancia mi Kli se
encuentra entre los amigos, en el entorno; ahí es donde mi alma se
encuentra. Por lo tanto no hay diferencia si estoy inmerso en mí mismo,
en mi ego que despierta en mí estados opuestos y a través de esto me
obliga a acudir al entorno, a pasar por actividades externas por fuera
de mí mismo con el fin de estar conectado para algo con todos los demás,
o si inmediatamente recibo de ellos la aspiración correcta, gracias a
la envidia, y entonces fácilmente alcanzo la misma meta
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