Es imposible llegar a conocer algo si no tenemos una deficiencia por
ello. En primer lugar tenemos que construir la vasija, el deseo, la revelación de la deficiencia. La revelación de la deficiencia tiene que ser opuesta al alcance siguiente. Este es un principio muy simple, pero
nosotros no podemos aceptarlo dado que queremos recibir algo, sentir
internamente el placer, y nos olvidamos de que no tenemos una
deficiencia por la espiritualidad.
En nuestro mundo sólo se evoca la deficiencia natural y todo ser siente
la necesidad de vivir y de disfrutar. Entonces, por lo general,
nosotros no nos preocupamos por la deficiencia. Sólo cuando un cierto
problema surge repentinamente entendemos cuán complicado es. El médico
le dice al paciente que tiene que comer algo, pero el paciente no tiene
apetito, ni siquiera puede tragar un pequeño bocado.
En nuestro mundo, las deficiencias
suelen revelarse por sí mismos y nosotros sólo tenemos que tratar de
satisfacerlos y alcanzar lo que falta. En la espiritualidad es
exactamente al contrario. Primero tenemos que adquirir una carencia por
la espiritualidad y entonces no habrá problema en llenarla. En nuestro
mundo perseguimos los placeres, mientras que en la espiritualidad,
tenemos que perseguir la deficiencia de placer. El placer es abundante,
puesto que la Luz superior se encuentra en un estado de reposo absoluto. Este es un principio muy importante, ya que nosotros hacemos un gran esfuerzo
tratando de alcanzar el llenado. ¡Sin embargo, no debemos pensar en el
llenado sino en la deficiencia correcta! Trabajamos con el fin de llenar
la deficiencia que ya tenemos, pero debemos entender el simple hecho de
que tenemos que alcanzar la deficiencia a fin de recibir la deficiencia
correcta y no el llenado. Este es un punto muy importante. El Creador ha preparado infinitos
tesoros para nosotros, pero ni siquiera los buscamos en la dirección
correcta. Es como tratar de convencer a un niño de que ustedes han
preparado muchas delicias para él, diferentes platos deliciosos, pero él
no quiere ni verlos, ya que tiene una cierta idea y piensa en otra cosa
y ni siquiera oye que ustedes lo llaman.
Nosotros ahora nos comportamos de la
misma manera. ¡Por eso nuestra meta es desear lo que el Creador ha
preparado para nosotros y entonces lo recibiremos todo! ¡Pero todas
nuestras oraciones son sólo que Él pueda darnos cada vez más! Estas son
las peticiones de un niño que no entiende nada. ¿Qué más puede darnos
Él? ¡Tomen, todo está ante ustedes! ¿Por qué están pidiendo algo más si
el Creador ya les pone todo en la boca? Simplemente tráguenlo. Pero
nosotros estamos confundidos y miramos para otro lado. El cambio psicológico a partir de la búsqueda de placer en busca de una deficiencia, es llamado la transición de Lo Lishmá (no en Su beneficio) a Lishmá
(en beneficio Suyo). Sólo después de comenzar a preocuparnos por el
otorgamiento al Creador en beneficio de Él, en aras de los seres
creados, es que entendemos que necesitamos una deficiencia y no un
llenado. Este es un momento muy importante.
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