¡Tenemos que demostrarles a los demás que tenemos algo! El grupo
debe mostrarles a todos que tiene algo. Nosotros debemos elevarnos por
encima de nuestros estados, despertar la envidia y sensación de la
altura del éxito en los corazones de los amigos. No debemos mostrarles nuestra insignificancia; ser modestos en el interior ante el Creador,
pero no por fuera, delante de todos. Si ustedes demuestran que son
humildes y que no tienen nada, los demás no aprenderán de eso. Tienen
que envidiar abiertamente el éxito de los demás a fin de ser un ejemplo
para los otros y hablar acerca de la grandeza de los amigos para
despertar su envidia. Todo lo que hay en el grupo los afectará
como resultado. Tenemos que jalarnos a nosotros mismos de los cabellos
hacia el mundo superior. Si no despiertan el deseo y la aspiración,
entonces la Luz Circundante no funcionará en ustedes. La Luz Circundante
no funciona en el deseo que han recibido de Arriba; esta no los jala
hacia adelante ni desarrolla su vasija. La Luz Circundante actúa sólo sobre el
deseo de ustedes mismos revelan por medio de su trabajo en el grupo. No
hay otra posibilidad. Ustedes tienen todos los medios y fuerzas, pero
deben organizarlos, de lo contrario no obtendrán el deseo. Necesitan una
“aspiración”, es decir, algo que salga de ustedes. ¡Pero nada puede
salir de ustedes! Correcto, es por eso que necesitan comprar este deseo
de los demás. Por lo tanto existe una instrucción,
“¡Cómprate un amigo!” Él les paga a ustedes, y ustedes le pagan a Él.
¿Cómo? Con deseos adicionales que se convierten en la aspiración cuando
estos entran en todos. La Luz que Reforma afecta estas aspiraciones.
Después de todo, esta ya es un deseo que ustedes han ganado y por lo
tanto los atrae hacia la Luz que de otra manera no habría venido. Cada vasija tiene la Luz que se supone
que debería haber allí: algunos tienen sólo la Luz receptora, otros la
espiritual, porque este es el deseo de otorgar. ¿Cómo puede cambiar el
deseo de repente y exigir más Luz? Esto simplemente no puede ocurrir en
los mundos espirituales. Esta oportunidad se le da sólo a la persona
dentro de la sociedad y en nuestro mundo, en nuestro estado, cuando
todos estamos en el estado de ocultamiento, no entendemos dónde
estamos, no sentimos el grado más alto y estamos cercados con respecto a
los demás. La única posibilidad es a través del
juego mutuo de despertar los demás, la envidia, la pasión y la ambición,
todos los sentidos que “sacan a la persona de este mundo”, es decir,
que la elevan al mundo superior. Por lo tanto, yo tengo que despertar
deliberadamente estas sensaciones, calentarme yo mismo. Está claro que
es imposible despertar algunos nuevos deseos en sí mismo, sólo la Luz
puede hacer eso. Pero yo puedo comprarles a ustedes este deseo, de tal
forma que se nos dice, “Cómprate un amigo“. Hay que comprarlo.
Nosotros podemos despertar el deseo: la
mío en ustedes, y el suyo en mí. Como si yo copiara nuevos deseos de
ustedes en mí. Atraigo la Luz que Reforma hacia estos deseos que obtuve
de ustedes por medio de la envidia. Yo no puedo hacer eso en mis propios
deseos.
¡Así, resulta que la Luz que Reforma nos
une! Esto no sólo aumenta y llena mi deseo personal. ¡Yo les compro a
ustedes su deseo; la Luz circundante actúa sobre él y corrige no mis
deseos, sino los deseos de ustedes en mí! De este modo nos conectamos
con los demás y construimos la vasija que consta de todas las
integraciones de nuestros deseos con los de los otros.
Cada uno se queda con su punto original,
con la gota de semen, porque no tiene nada además de éste. Todo el
resto lo compramos del entorno, al igual que los espermatozoides de los
que se desarrolla un embrión. Nosotros fuimos espermatozoides una vez.
¿De dónde obtuvimos todos estos kilos de carne, cerebro y huesos? De
afuera. Está claro que la forma de estos ya estaba determinada dentro
del esperma, pero éste no tenía nada, sino solo la información sobre lo
que debería crecer a partir de él.
Lo mismo ocurre en el desarrollo
espiritual. Debido a la envidia, la pasión, la ambición, la codicia por
el poder y la fama, yo compro los deseos del entorno. La Luz que Reforma
se atrae sólo a esos deseos, y sólo después de la influencia de esta
Luz, este deseo se convierten en la vasija del alma. Así funciona. Por
eso se nos dice: “O el grupo o la muerte”; o se unen o perecen.
Se nos dice sobre esto en el Monte
Sinaí: “Entren en garantía mutua”, es decir, compren la vasija, y
entonces les entrego la Torá, la cual corrige esta vasija y luego la
llena”, de lo contrario este será el lugar de su entierro” porque cada
uno de ustedes permanecerá en su lugar, y éste será su tumba.
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