Nosotros no tenemos ninguna percepción en el primer mundo, Adam Kadmon. Por lo tanto, él está sólo implícito en el ápice de la letra Yud del nombre. Es por eso que no hablamos de ello y siempre mencionamos sólo los cuatro mundos ABYA. Yud es el mundo de Atzilut, Hey el mundo de Beria, Vav el mundo de Yetzira y la Hey final es el mundo de Assiya.
Pregunta: ¿Por qué usamos diferentes palabras para las mismas cosas?
Dr: Laitman Asumamos
que yo estoy esperando invitados y voy al mercado para comprar carne
para un asado. Hay veinte diferentes tipos de carne, diferentes cortes
de carne de diversos animales. Todos ellos son sólo carne, pero los
distintos tipos de carne son llamados de forma diferente, dado que cada
uno de ellos tiene un sabor propio. Lo mismo se aplica a la espiritualidad, donde todo tiene su propio “sabor”, diez Sefirot propias con una pantalla y la Luz que las llena; cada una de ellas es una realidad separada. Lo mismo se aplica a los diferentes
nombres de la misma entidad. Ustedes no están familiarizados con ellos
en este momento y por eso están confundidos y perplejos. Aún no los han
saboreado o no han sentido sus “bordes”, matices, tonos, o formas en
este mundo.
Sin tener la más leve impresión de los
detalles espirituales, ustedes ven diferentes nombres justo si
estuvieran como duplicados. Pero tan pronto como prueben el “asado
espiritual” compuesto por numerosos tipos de Luz, descubrirán sus
“sabores” y reconocerán sus nombres; entenderán por qué son llamados de
esta manera y no de otra.
En este mundo, nosotros describimos los
sabores usando palabras que son parte de nuestro lenguaje: digamos papas
fritas con sabor a paprika o a cebolla. En la espiritualidad, ustedes verán la esencia de cada nombre y se darán cuenta del por qué este sabor en particular es llamado “cebolla” (batzal בָּצָל). La palabra proviene de “en la sombra” (be-tzel
בְּצֵל), un cierto tipo de ocultamiento o revelación. Cuando uno
comienza a distinguir la esencia de los nombres ya no tendrá que
memorizarlos. Estos se convertirán en vasijas espirituales que son
obvias en mis sensaciones.
Ahora ustedes no sienten ningún sabor.
Como la persona enferma que no tiene apetito, todo les parece insípido.
Pueden preparar diferentes platillos, pero él come sin distinguir
ningún sabor y sólo lo hace porque el doctor se lo exige.
Aquí, al acercarnos a la espiritualidad,
nosotros estamos “enfermos” pero tenemos que “comer” con el fin de
mejorarnos. Más tarde, cuando nos recuperemos y sanemos encontraremos
enormes diferencias y maravillosos sabores en la comida que hoy nos
parece tan insípida.
Entonces existe un proceso, al
“saborear” un nuevo nivel, ustedes mismos definen el nombre de éste, los
nombres de las Luces que lo llenan y las vasijas ¿De dónde los
obtienen? De nuestras sensaciones. Si comparamos los nombres que les
asignamos a los diversos objetos y fenómenos con las fuentes originales,
veremos que coinciden. Esto significa que nosotros no tenemos que leer
una descripción de un fenómeno en los libros; todo surge desde el
interior.
Está dicho que Adam le dio nombres a
todo lo que hay en este mundo. Después de todo, él fue el primero en
revelar el mundo espiritual y alcanzar las raíces espirituales de todo,
la fuente de todas sus propiedades y por lo tanto sus nombres.
“Alcanzar” algo significa que nosotros
penetramos justo hasta la raíz de la creación como si alcanzamos el
Infinito, desde el cual se deriva un objeto de nuestro mundo material.
Entonces no tienen ningún problema con los nombres. Después de todo,
ellos surgen de las Luces y las vasijas, y ustedes mismos determinarán
sus nombres.
El poder de las diez Sefirot con una pantalla y la Luz interna forman el nombre de un Partzuf, la cantidad incluida en cada conjunto de fuerzas. Es por eso que etiquetamos un Partzuf no
como usualmente nombramos a un recién nacido de acuerdo a nuestra
elección, sino de acuerdo a la estructura interna del objeto. No podemos
sólo darle un nombre diferente. Esto también se aplica a cada uno de
nosotros, nuestros nombres también cambian.
En consecuencia, una vasija, la Luz que
se opone a la vasija, y una pantalla que las conecta juntas, nos
permiten percibir toda la realidad sin remitirnos a libro alguno. No
sólo nombramos los detalles, sus nombres son una revelación, el alcance espiritual de la persona.
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