La raíz espiritual
de la indiferencia emana del estado de reposo hacia el que se atrae
nuestro ego. Es el estado egoísta más bajo. Yo me recuesto, no hago
nada, lleno mi vista con imágenes interesantes, mis oídos con sonidos
placenteros, mi boca con comida sabrosa y mi nariz con olores
placenteros. Si yo me lleno totalmente, no me quedan deficiencias, y no
hay movimiento ¡Puedo disfrutar de la quietud!
Pregunta:
¿Entonces cómo podemos superar la indiferencia, especialmente durante
el taller cuando de pronto me siento aburrido e indiferente?
Dr: Laitman No entiendo cómo alguien puede estar aburrido durante el taller
si este proporciona una gran oportunidad de trabajar. Escucho a los
amigos y siento que estoy ardiendo. Primero tengo que estar incorporado
en cada uno. Uno de los amigos
habla de cosas sin sentido, pero yo me anulo y trato de descifrar sus
palabras, aceptándolas como si fuera Elías el profeta. Penetro en el
amigo y quiero vivir en sus palabras, que es la única razón para estar
incorporado en él. Entonces otro amigo habla y comienza a
filosofar, y apenas si puedo contenerme, pero lo dejo terminar. Aquí
tengo otro tipo de trabajo: Estoy incorporado en él, sufro y veo hasta
qué punto lo que él dice es correcto o incorrecto. No es con el fin de
criticar lo que dice, sino con el fin de ayudarme a estar incluso más
incorporado en él. Cuanto más critique mi ego a mis amigos, más
profundamente me ayuda a penetrarlos. Cuando terminamos una ronda de debate,
estoy incorporado en cada uno y prácticamente exploto como resultado de
las experiencias que me llenan. No estoy lleno de sus palabras dado que
ni siquiera recuerdo lo que dijeron, sino que estoy lleno de mis esfuerzos por estar incorporado en ellos. Tenemos que ver el taller como una
oportunidad para estar incorporado en los amigos, a pesar de nuestra
crítica. Primero parece que un amigo habla cosas sin sentido, otro
amigo habla demasiado, otro no escuchó la pregunta en absoluto y otro
ni siquiera entiende cuán bajo cayó ¡Pero todo esto no importa! Incluso
si fui a algún otro lugar a participar en una mesa redonda, también
sería incorporado en mis compañeros y haría el mismo trabajo con ellos.
No recibiría menos de ellos de lo que recibo aquí. ¿Cómo puedo sentirme aburrido si trabajo
constantemente? No importa lo que diga el amigo, yo trato de
profundizar en él para sentir su espacio interno. Cada uno es como un
vientre para mí, mediante la conexión entre los amigos, formo el
vientre, entro en este y siento que estoy dentro de cierto tipo de
espacio, dentro de un ser humano. Cada amigo es mi entorno. Cuando
completamos una ronda, formo una burbuja de todos los amigos, un saco de
fluido amniótico dentro del vientre. Me siento como un bebé. Penetro en
el amigo, descubro un espacio interno, y trato de acostumbrarme a él y
mediante mis pensamientos, sensaciones de repulsión, comienzo a identificar lo que está dentro de él. ¡Comiencen a trabajar! Este trabajo interno es llamado reunión de amigos y no debates acerca de política exterior.
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