Pero ahora su hijo
se va a al ejército, luego al campo de batalla y de repente su número
de teléfono no está disponible durante un período indefinido de tiempo.
¿Cómo puede afrontar una madre esta situación? Ella sabe que su niño
está en la guerra, pero ni siquiera puede ponerse en contacto con él.
Dr: Laitman
La única cosa que puede ayudar aquí es la unidad, a través del cual la
fuerza real de la Naturaleza viene a nosotros y compensa lo que falta.
Sí, el teléfono de su hijo se mantiene apagado durante varios días
debido a que está en el frente. Ahora, al unirse con otros, la madre
puede sentir a su pequeño niño, incluso más que durante una conversación
telefónica. ¿Cómo? Debido a que se añaden nuevas
frecuencias a nuestras sensaciones dentro de la unidad común, nuestras
sensaciones y mente se expanden, sustituyendo una conexión telefónica
con la verdadera conexión. ¿Qué significa conectarnos o unirnos
unos con otros? ¿Qué significa ser como un hombre con un corazón? ¿Si
las personas se unen de esta manera, pueden realmente estar separadas
por miles de kilómetros entre ellas? No, porque ahora son uno, tienen un
corazón y ya no necesitan los teléfonos para mantener esta conexión. De la misma manera, si el hijo está en
guerra ahora, su madre todavía está con él, ella lo siente en cada
momento. Por otro lado, cuando las madres alcancen el estado descrito
anteriormente, no habrá más guerra, puesto que todos estarán unidos y la
vida será pacífica. Por lo tanto, en primer lugar la madre
debe asistir a nuestro taller, a un lugar donde las personas se sienten
juntas en un círculo y se unan, donde junto con ellas, ella genere
activamente la fuerza de la unidad de toda la nación de Israel. El
trabajar para lograr la unidad entre todos es la mejor protección que
una madre puede ofrecerle a su hijo. Ella convence a otros, “Sentémonos
juntos, unámonos, averigüemos lo bien que nos sentimos en esta unidad,
qué tipo de fuerza despertamos con esto, la fuerza de la unidad
inculcado en la Naturaleza. Nos convertimos no sólo en una nación, como
todo el mundo, sino en la nación de Israel. Entonces hagamos esto, no
sólo en tiempos de guerra, sino todo el tiempo. Organicémonos para que
esta conexión mutua esté siempre presente entre nosotros y pase de
nosotros a todas las naciones. Esto es, de hecho, lo que esperan de
nosotros”. En esencia, es la única posibilidad que
tiene una madre para proteger a sus hijos en el frente. Al hacer esto,
ella despierta la Luz que puede entrar en las vasijas. La Luz es la
fuerza de unidad oculta dentro de la naturaleza, que es un solo
mecanismo. Es la fuerza que une, llena, y lo desarrolla todo, la fuerza
que contiene dentro todas las fuerzas particulares. Es llamada la Luz,
el Creador, o el superior, todos esencialmente significa lo mismo. La
fuerza se expresa en el buen sentido, si nos hacemos idéntico a ella:
ella es una, y nosotros también tenemos que ser uno. Este es el origen de la regla, “como un
hombre con un corazón”. Si la seguimos, esta fuerza nos llenará y nos
mantendrá en el estado de bienestar, similar a ella. Por el contrario,
cuando nos dividimos, no permitimos que more en nosotros, nos llene y
surgen todo tipo de problemas, incluyendo guerras y otros desastres. Además, lo queramos o no, estamos
conectados con toda la humanidad y estamos en el centro de ella. Por lo
tanto, cuando nos unimos, esta fuerza se propaga desde nosotros al mundo
entero. Entonces las naciones no tienen más remedio que ser amables con
nosotros. Por otro lado, si no nos unimos entre nosotros, la fuerza de
la unidad no llega a la humanidad, entonces nos culpan de sus problemas.
Y tienen razón de hacerlo. Hemos afrontado esta condición durante
varios miles de años, desde los tiempos de Abraham y Moisés, hasta hoy
en día. Todos los cabalistas de todas las generaciones han hablado de
una sola cosa: La nación de Israel debe unirse. La persona que se une a una discusión en
una mesa redonda puede sentir de inmediato la fuerza que se esconde
dentro de la unidad. Sólo tenemos que unirnos por medio de reglas que
realmente nos permitan acercarnos unos a otros: La discusión tiene que
realizarse sin argumentos ni objeciones, todos son igual, nadie es
superior o inferior a los demás, todos se apoyan unos a otros, todos son
amistosos hacia los demás, y nadie discute o desafía a aquel que está
hablando. Todos juntos se esfuerzan por alcanzar la unidad, escuchar y
sentir a cada persona para que el deseo unificado común, el pensamiento
único o idea sea ratificado en el centro del círculo. Entonces, después de una hora,
descubrimos realmente que esta fuerza está presente entre nosotros,
adicionando un nuevo espíritu, un nuevo estado, renovando nuestra mente y
sensación, y permitiéndonos ver la vida de una manera nueva. Después de todo, al desarrollar este
enfoque, sentiremos nuestra conexión con todas las naciones, con toda la
naturaleza. Nos volveremos los amos de todo el mecanismo en el que
estamos y revelaremos cómo, por qué y para qué estamos vivos en el
mundo. Finalmente ganaremos control sobre nuestras vidas. De lo
contrario, tal como están las cosas, hemos perdido todo propósito y
deseo de vida. Una madre pasa a través de todo esto en
los debates de mesa redonda, que despiertan una fuerza especial de
unidad, la Luz. Debido a que su hijo está conectado con ella, él
también se convierte en objeto de influencia de esta fuerza, que lo
protege, convirtiéndose en una “cúpula de paz” para él. Una sensación de
calidez y confianza llegan a él para que nada malo pueda acontecerle. Así es como trabaja la fuerza universal
de la naturaleza, y no puede ser de otra manera. Incluso si ustedes
terminaron en la guarida de un león, salen sin haber sido tocados porque
esta fuerza une, “vuelve amigos” a todos en los niveles inanimado,
vegetativo, animado, y humano. Entonces nadie puede tocarlos y nada malo
puede pasarles. Esto es lo único que tenemos que añadir entre nosotros,
entonces no vamos a tener de qué preocuparnos por nada más. Incluso si
Gaza está lleno de túneles, ustedes no tendrán que preocuparse, nadie
los utilizará. Ellos no podrán y no tendrán el deseo de hacerlo.
Pregunta: ¿Está usted diciendo que las madres de los soldados necesitan creer en Dios?
Dr: Laitman
Dios es la naturaleza y la naturaleza es una fuerza única que nos
gobierna. Ella produjo el Big Bang, y está guiando el proceso de
evolución. Todas las leyes y fuerzas del universo están incluidas en esa
fuerza. Pero en vez de creer en ella, tenemos que revelarla,
alcanzarla y trabajar con ella. Para eso necesitamos la sabiduría de la
Cabalá. Con su ayuda, nos volvemos los científicos que descubren y
utilizan las leyes de la Naturaleza.
Pregunta: Entonces, ¿cualquier madre puede activar esta “defensa” para su hijo, incluso una madre que no crea en nada?
Dr: Laitman
Por supuesto. Por otra parte, no importa a qué nación pertenezca.
Musulmanes, cristianos y judíos pueden sentarse juntos en una mesa
redonda, junto con ateos empedernidos, nada de eso interferirá con la
unidad. Lo más importante es lograr estar juntos y seguir las reglas. De
esta forma influirá el entorno en todas las personas y todos se
incluirán en él con el único propósito de revelar la fuerza de unidad
entre ellos y desde ese momento, apuntar sus esfuerzos hacia el
bienestar del mundo. Esta será la mejor protección, no sólo
para los hijos, sino para toda la humanidad, permitiéndole caminar
hacia una meta maravillosa, hacia la paz y la perfección. Así es como abriremos un nuevo mundo. La
fuerza de unidad nos permite ver nuestro mundo por dentro y por fuera,
mostrándonos claramente cómo reorganizar nuestras vidas. Una madre que
participa en un círculo comienza a usar este poder, a controlarlo y a
trabajar con él. Esto también es cierto para las familias cuyos hijos han caído en la batalla. No hay otra manera. No hay otra fuente
de apoyo además de esta fuerza única que se encuentra por encima de
nuestra naturaleza, tiempo y cuerpos. Se trata de una fuerza eterna, y
cuando influye en nosotros, descubrimos de repente que no hay tal cosa
como la fragilidad y la muerte, que nuestros hijos están vivos, aunque
sus cuerpos hayan muerto. Ustedes se elevan a una dimensión
diferente y sienten que nada desaparece, que todo permanece dentro de
nosotros. Dentro de la unidad sentimos todas las almas que están
fusionadas con nosotros en uno. Al final del día, una madre puede sentir
realmente a su hijo, aunque esté a miles de kilómetros de distancia. Y
si nos unimos, esta conexión se expresa aún más fuertemente, dando lugar
a todas las generaciones, pasado y presente, surgiendo en nuestra
percepción de forma simultánea. El tiempo no tiene poder, incluso la
ciencia moderna confirma cuán efímera es esta noción.
Pregunta: ¿Una madre israelí tiene la capacidad de hacer que esta guerra sea la última?
Dr: Laitman
Si. Una mujer es capaz de cualquier cosa y una madre más que nadie,
sobre todo hoy, cuando las masas de gente que salen a la calle pueden
ganar el favor del gobierno. Si las madres piden por unanimidad la
unidad y la educación integral de la nación, entonces, mediante la unión
de nuestros corazones, ganaremos la guerra, una guerra en la que no
estamos luchando contra Hamas, sino contra nuestro propio egoísmo. Mediante la unión por encima del
egoísmo, elevamos a Israel y al mundo entero junto con nosotros a un
nivel diferente de existencia. Todo esto sucede por el poder del amor
de una madre.
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