Démosle un vistazo al momento de la creación
de la nación judía y unámonos al grupo de Abraham, que dejó Babilonia y
se dirigió hacia la Tierra de Israel de acuerdo al principio del ama a
tu prójimo como a ti mismo. ¿Habían ascendido ya todas estas personas al
nivel espiritual o sólo su líder había alcanzado la espiritualidad?
Dr: Laitman
La nación entera sabía qué estaba pasando y sentía los cambios
internos. Pero, en general, su conexión mutua aún no estaba en un nivel
egoísta tan elevado como para que la Luz Superior los llevara a que el
alcance interno se revelara en él. Sólo tenían iluminaciones generales. Podemos comparar esto con nuestro nivel:
¿hasta qué punto una piedra, una flor, un conejo y el hombre sienten
la vida? Todos sienten algún tipo de existencia. Es difícil juzgar con
respecto al nivel de la naturaleza inanimada. El vegetativo, sin embargo, siente la
vida de alguna manera. El nivel animado ya tiene que moverse con el fin
de establecer un estado de equilibrio con el medio ambiente, y en este nivel, se siente la vida en mayor medida. Un ser humano siente la vida aún con mucha más fuerza. Lo mismo ocurre aquí: Cuando ellos
salieron de Babilonia eran como la naturaleza inanimada de la creación
espiritual. Luego, cuando se reunieron y bajaron a Egipto entraron en el
siguiente nivel del ego y al corregirlo comenzaron a sentir su
existencia en el nivel del vegetativo. Esto significa que la persona ya siente
la realidad espiritual como vida o muerte. La revelación del Creador,
como el sol detrás de las nubes, su luz dan vida y me dan el día que
me atrae. Yo también puedo caer en la noche, y hundirme en un estado de depresión, etc. Hoy en día, el mundo entero está en un
estado de depresión, es decir que las personas ya empiezan a sentir que
les falta algo. Serán capaces de llenarse a sí mismas y de reemplazar la
sensación de depresión con sensaciones positivas si la Luz ilumina un
poco para ellas. La Luz es la revelación del Creador. Esto es lo que sintieron los estudiantes de Abraham después del éxodo
de Egipto. Ellos sentían muy claramente que tenían que revelar al
Creador, puesto que sin que ello no serían capaces de conectarse. En
otras palabras, su ego había crecido tanto que sólo el Creador que se
revela entre ellos podía ayudarlos a superarlo. Gradualmente el grupo de
Abraham se convirtió en el grupo de Moisés y este estado se fortaleció
cada vez en él.
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