Si la persona quiere estar con el grupo, pero no puede hacerlo, no es su culpa. Supongamos que yo fui llamado a servir
en el ejército mientras que el grupo estaba en una convención.
No hay nada que pueda hacerse al respecto. Cuando otra fuerza me domina, por supuesto, también ha sido arreglada por el Creador, no puedo hacer nada al respecto, yo la obedeceré. La Providencia superior opera en mí de esta manera, contra mí.
Si obedezco, yo no pierdo nada si no participo en la convención. Pero esto es cierto sólo si realmente he hecho todo para estar ahí, pero debido a las circunstancias no puedo, porque el Creador me rodea por todas partes. Al mismo tiempo, la persona tiene que decir: “Yo no acepto esto, pero aun así estaré conectado con los amigos tanto como me sea posible.
Me someto a las circunstancias en las que Tú me has puesto, es decir que el estar en este estado es lo mejor para mí”. ¡Nosotros debemos concordar con el Creador! Pero sólo después de una aclaración muy seria y no mediante la búsqueda de diferentes excusas para justificarme.
No hay nada que pueda hacerse al respecto. Cuando otra fuerza me domina, por supuesto, también ha sido arreglada por el Creador, no puedo hacer nada al respecto, yo la obedeceré. La Providencia superior opera en mí de esta manera, contra mí.
Si obedezco, yo no pierdo nada si no participo en la convención. Pero esto es cierto sólo si realmente he hecho todo para estar ahí, pero debido a las circunstancias no puedo, porque el Creador me rodea por todas partes. Al mismo tiempo, la persona tiene que decir: “Yo no acepto esto, pero aun así estaré conectado con los amigos tanto como me sea posible.
Me someto a las circunstancias en las que Tú me has puesto, es decir que el estar en este estado es lo mejor para mí”. ¡Nosotros debemos concordar con el Creador! Pero sólo después de una aclaración muy seria y no mediante la búsqueda de diferentes excusas para justificarme.
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