El último nivel de la Torre de Babel es el ego más grande que existe en
nosotros. Ustedes tienen que alcanzarlo con el fin de alcanzar el
mundo del Infinito, porque sólo pueden elevarse allí a través de un gran
ego.
Pregunta:
Pero el modelo de la Torre de Babel es el modelo del pecado. ¿Cómo
puede utilizarse el pecado humano para llegar a la Luz más grande?
Dr: Laitman
Esto puede hacerse debido a que ellos están conectados. Cuando alcanzan
los más grandes pecados, ustedes ameritan la Luz más grande.
Pregunta: ¿Así que tengo que pecar a fin de llegar a la Luz más grande?
Dr: Laitman Eso es correcto.
Pregunta: ¿Entonces, usted empuja a la gente a pecar?
Dr: Laitman En
este momento yo existo en un pequeño punto de este mundo y quiero
alcanzar un grado más elevado. Pero no puedo hacer nada con el ego que
tengo ahora, porque mi ego es pequeño, es suficiente como para
utilizarlo en este mundo. Es por esto que necesito revelar un gran ego,
digamos -100 kg (el signo menos está ahí para mostrar que esto se
refiere al ego). Entonces lo corrijo en 100 kg de otorgamiento y de
esta manera alcanzo la corrección.
Y en un grado más elevado tendré una tonelada de ego, que corregiré y lo convertiré en una tonelada de otorgamiento. Esto continuará para siempre: uno
contra el otro. Pecan, corrigen y llegan a la Luz. De nuevo entran en
el ego, corrigen y alcanzan nuevamente la Luz. Así avanzamos en el
mundo espiritual. Ustedes deben revelar su ego, porque el
ego es el material en el que se revela el mundo espiritual bajo la
condición de que lo corrijan a partir de la recepción y lo conviertan en
otorgamiento. Está escrito: “No hay hombre justo en el mundo que no
haya hecho buenas obras sin haber pecado”. Es por eso que necesitamos la
revelación del ego. Pero nunca trabajamos en la revelación
de un gran ego, del mal en nosotros; por el contrario, aspiramos hacia
el atributo de amor y otorgamiento por encima y a pesar de nuestro
egoísmo. Pero cuando tenemos éxito en esto y adquirimos la propiedad de
otorgamiento, el egoísmo crece de inmediato, de tal forma que nos
elevemos una vez más por encima de él. Así avanzamos en dos piernas,
la línea derecha, otorgamiento y la línea izquierda, recepción.
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