Mi respuesta: Si yo fuera rico, adquiriría los negocios, los bancos y todo lo que fuera posible y dejaría a toda la gente en sus trabajos para que tuvieran la oportunidad de estudiar. Dejaría que produjeran entre un 10 a 20 por ciento de su rendimiento diario, puesto que el mundo no necesita más que eso de cualquier forma. Eso reduciría también la contaminación ambiental.
El resto de su horario de trabajo lo pasarían estudiando, como niños pequeños en una guardería o escuela de nivel básico. La gente podría ocuparse en todo tipo de juegos de bondad, destinados a enseñarles a responder a la pregunta, “¿Qué significa otorgar?” Así aprenderían lo que es el atributo de otorgamiento, por qué es indispensable, por qué es necesario dar y que de hecho no tenemos otra opción.
(Tomado de la lección sobre el artículo de Baal HaSulam, Un Precepto”, impartida el 10 de marzo 2009)
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