Baal HaSulam dice en el artículo “El amor por el Creador y el amor por los seres creados” que lo principal es empezar y no dejara mitad de camino. ¿Qué significa eso?
Rav: Tú también puedes estar fuera del camino en el mundo corporal si consideras las costumbres como si fueran mandamientos. La persona simplemente se acostumbra a realizar ciertas acciones en vez de revelar por sí misma los mandamientos internos como la corrección de sus atributos. Cuando la persona se corrige, está tratando con el Creador y quiere atraer la Luz, ser como Él y acercarse a la adhesión con Él. Pero si los mandamientos se convierten en las “acciones físicas” a las que la persona está acostumbrada, ella no sigue el camino espiritual, sino que simplemente aprende a realizar ciertos rituales aceptados en su entorno. No decimos que esto esté mal, pero sí decimos que estos no corrigen el alma. Este no es el motivo por el cual existimos en el mundo. Es sólo una condición externa que puede hacer más fácil la verdadera corrección interna. En estado perfecto, la interioridad y la externalidad deben apoyarse mutuamente. Desafortunadamente, sin embargo, estos no la producen. Uno no debe detenerse en el camino espiritual. Cuando la persona comienza a corregirse a sí misma, descubre lo estúpida que es. Esto rompe su corazón y no puede continuar. Descubre que no es el héroe quién se corrige a sí mismo y gana de esto como él pensaba que era. Un plan similar puede funcionar en la vida común, porque la persona trabaja de manera egoísta en algo externo. Aquí, por el contrario, tiene que usar algo externo a fin de trabajar en su egoísmo. Este trabajo es completamente opuesto, algo inusual en ella. No estamos acostumbrados a la idea de que tenemos que cambiar en nuestra raíz, en nuestra esencia. Ahora bien, no es que yo esté trabajando en algo, sino más bien que algo está trabajando en mí. Además, no tengo que esperar pasivamente, como un paciente durante un tratamiento médico, sino que debo pedir todo el tiempo: “¡Cámbiame! ¡Cámbiame!” ¿Cómo podemos cumplir esto? Si yo pudiera sentir y entender más, sería diferente. Pero, ¿cómo puedo exigir algo que ni siquiera quiero? ¿Cómo puedo pedir algo que es contrario a mi naturaleza? “Déjame amar a los demás, quiero conectarme con ellos”, es como pedir el peor de los problemas. Por supuesto que quiero usar el mundo en mi favor, pero tengo que pedir que el Creador cambie el programa en mí: “Cambia mi corazón y mente, no importa lo que fui antes, sólo haz que me importen los demás”. Al mismo tiempo, no es suficiente aquí una explosión de sentimientos altruistas que la persona pueda ser capaz de mantener por un momento, después de haber sido decepcionado por todo lo demás. No, un grito no ayudará. Tienes que apoyar y mantener limpio este nuevo y paradójico deseo constantemente, todo el tiempo. Este esfuerzo parece imposible. Es por esto que se nos dice: “Mil entran en una habitación, pero sólo uno sale a la Luz”. Todos los demás también hacen un gran trabajo al corregirse ellos mismos de alguna manera, pero las circunstancias son diferentes y ahora no es su turno. Así que el problema es que el mandamiento de amar a otros es contrario a nuestra naturaleza.
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