
La sabiduría de la Cabalá sólo usa aquellos términos y nombres que son reales y que reflejan la realidad. Esta es una ley inmutable de todos los cabalistas: “Aquello que no ha sido alcanzado, es imposible de nombrar y definir”. Hasta que un objeto no se revele por completo, como si lo tuvieras en tus manos, los cabalistas no lo llaman alcance sino de otra manera, como comprensión, conocimiento y así sucesivamente. De esta manera, alcanzamos un fenómeno hasta sus bases, desde el principio de la creación hasta el final, en cada detalle. Y cuanto más lo alcancemos en el interior de nuestras vasijas de percepción, en esa medida nos enriquecemos y en la misma medida nos volvemos complejos. Después de todo, todos los mundos están dentro de nosotros y de la imagen completa aparece dentro. Yo no estudio los fenómenos externos, sino todo lo que ocurre dentro de mí y en el proceso, me comprendo a mí mismo cada vez más y me doy cuenta en mayor medida que no hay nada por fuera de mí. Si anteriormente vi el mundo como si estuviera por fuera, esto sólo es debido a una percepción distorsionada, mientras que en realidad era una proyección que se reflejaba en mi cerebro. En última instancia, el alcance espiritual no deja lugar a dudas, al igual que yo no dudo de las cosas básicas, elementales, tales como cuántos dedos tengo en mi mano. Y es por eso que está escrito en diferentes lugares que la Cabalá no requiere de pruebas, puesto que no puede ofrecer ninguna prueba a la persona que no está en alcance. Las palabras tomadas por fe no pueden ayudar aquí, la persona necesita ascender a un nivel de alcance, sentir dentro de él o ella las pantallas, las Luces y las vasijas. Entonces verá la realidad, la verá de primera mano con su visión interior. Entonces, nuestro mundo de repente parecerá estar también en el interior. De hecho, mientras se corrigen los deseos, la persona siente dentro de ella las facetas y manifestaciones del mundo. Cuando trabajamos en un grupo, tratando de acercar a los amigos en unificación, unión y Arvut (garantía mutua) para volvernos como un hombre con un corazón, entonces a través de eso, nos preparamos para esa misma percepción, que depende completamente de la persona misma. Y por esta razón el alcance espiritual no tiene límites. Todo lo que vemos afuera evoluciona adentro, convirtiéndose en una parte de nosotros.
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