
Nosotros tenemos que alcanzar una altura en la que trabajemos por encima de nuestro egoísmo y éste no interfiera en nuestro camino, en la que nos elevemos por encima de él y nos liberemos completamente de él. Entonces no habrá limitaciones para la persona. Pero por ahora el egoísmo se interpone en nuestro camino, el cual es “la ayuda en mi contra”, puesto que me ayuda a revelar nuevos deseos, problemas, y todo tipo de defectos dentro de mí. Esto me incita a trabajar y a actuar, despertando diversas sensaciones en mí y un cambio de estados. Si nada de esto existiera, nuestro estado sería completamente inútil. Es por eso que está escrito que “Cuanto mayor sea la persona, mayor es su egoísmo”. Pero a medida que la persona avanza, revela un mayor deseo de disfrutar, y dentro de ese mismo deseo, revela más y más detalles, y matices más sutiles, que evocan impresiones más fuertes en ella. Esto es llamado un mayor deseo de disfrutar. Alcanzar un mayor egoísmo significa volverse exigente e intolerante ante las cosas más pequeñas a las que previamente ni siquiera les prestaba atención. Y esto me impulsa a realizar correcciones nuevas, más finas y con el tiempo, a hacerme realizar un trabajo muy preciso en contra de mi naturaleza egoísta. El Creador creó el deseo de disfrutar, el cual es ajeno a Él y a nosotros. Pero esto nos permite sentir un concepto: nuestra separación del Creador como “algo de la nada” (Yesh Mi Ein). No hay nada aparte de esto en el deseo de disfrutar. Éste incluye sólo esta cualidad, y no incluye ni una onza de ningún otro deseo. El Creador creó sólo este punto en particular, que surgió “de la nada”, el cual es algo completamente separado. Y desde este punto separado, comienza entonces a desarrollarse el deseo de disfrutar como una espiral que se desenrolla. Todo lo que está presente en este deseo, lo que sale del punto de “algo de la nada”, se desarrolla a partir del Creador, pero de forma opuesta, como un anti mundo. El Creador creó un cierto punto más allá de Sus fronteras, que existe de la nada y Él mismo Se trajo hacia adentro de este. Resulta que existe el Creador y la creación, parados uno frente a otro. Y la creación utiliza todo lo que tiene de esta “nada” con el fin de establecerse en el mismo rango del Creador. Después de todo, todo lo demás en realidad, aparte de este punto de “algo de la nada”, es el Creador. Y “algo de la nada” es el punto de inflexión en nuestra mente y sentimientos, que siempre tenemos que corregir.
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