
Rav: El esfuerzo es cualquier cosa que esté por encima de mis habilidades humanas. Yo no puedo ayudarle a otro y completar su trabajo, pero puedo ponerle un ejemplo para que le sea más fácil esforzarse por sí mismo. Entonces no le robo su trabajo, sino que lo ayudo. Cuanto más le ayude poniéndole ejemplos para que sea aun más fácil para el amigo esforzarse, mucho más eficientemente avanzaremos. Con esto, ¡intercambiamos el esfuerzo corporal con el esfuerzo espiritual! Entonces el trabajo corporal parecerá mas difícil y el trabajo espiritual más fácil, porque le agregas a éste la fuerza del grupo. El resultado es que tienes que mover una carga de cientos de toneladas y la mueves, pero tienes la ayuda de millones de personas empujando la carga junto contigo. No tienes que sentir el peso de la carga, que es de 100 toneladas. Estas 100 toneladas son necesarias solo para que por medio de ellas, alcances la conexión con un millón de personas. Es por esto que no hay necesidad de sufrimientos sin sentido; todo lo que tenemos que hacer es entender porque sufrimos. Si sientes dificultad, dolor, rechazo y tristeza en cierto lugar, esto significa que no es el esfuerzo correcto. Como se nos dice: “Tú no Me has convocado, Oh Jacob”. Si con gran esfuerzo y sudor cargas el peso que te fue dado por el Creador, significa que no estás esforzándote correctamente y esta carga pertenece a alguien más y no al Creador. El placer del trabajo es conocido según hacia Quien nos estemos esforzando.
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