Es como si tú estuvieras hablándote a ti mismo y haciendo aclaraciones. Sin embargo, este no puede ser simplemente un diálogo interno con uno mismo.
Tiene que ser un diálogo con el Creador. Puede suceder con la condición de que conduzcas este diálogo a través de la vasija general, de la Shejiná, donde habita el Creador.
Por ejemplo, si quisieras hablar con una persona importante, tú tendrías que pasarle una carta a través de su secretario y seguir ciertos requisitos. Tienes que hacer lo mismo con el Creador y conducir tu diálogo con Él a través del grupo, es decir, a través de tu actitud hacia los amigos y compañeros, a través del otorgamiento, en la medida en que puedas imaginarlo.
De lo contrario, esta súplica no estará dirigida hacia el Creador.
El grupo y toda la realidad son el lugar donde habita el Creador. Si tú puedes conectarte con Su sala de recepción, entonces puedes conectarte con Él. Él gradualmente se revelará a ti según la medida de tu disposición a conectarte correctamente con este lugar donde Él y tú supuestamente deben reunirse. Este lugar es como Su aposento.
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