Toda
nuestra vida, historia y todo lo que hemos pasado desde el principio de
la creación hasta ahora se divide en dos partes: exilio y redención. No hay nada más, excepto estos dos estados:
- Podría ser que me he separado de la Fuerza superior y existo en el exilio, en una especie de ilusión, en un “sueño” que es llamado “este mundo”, bajo la influencia de mi deseo egoísta que no me permite ver y sentir el mundo espiritual;
- O que por medio de ciertas acciones, las cuales nos enseña la sabiduría de la Cabalá, yo alcance la revelación de la Fuerza superior y le exija que me saque del exilio, que me eleve por encima de este mundo al mundo superior, cuando eso finalmente suceda, entonces yo sea recompensado con la redención.
La diferencia entre exilio (Galut, גלות) y redención (Gueulá, גאולה) es la letra “Alef” (א) que simboliza al Creador, (Aluf,
אלוף) Campeón del mundo. Así es como está dividida toda nuestra
realidad, todo el proceso de desarrollo. Desde luego, nosotros no son
conscientes de ello hasta que recibimos de repente un despertar que nos
permite detener el período del exilio, la oscuridad, la sensación de
este mundo, el intolerable y peor estado, pasar a una nueva etapa, a
un nuevo nivel, a un nuevo estado, que se llama redención. Es para ello
que nosotros estudiamos. Debido a que existimos en este mundo,
usamos las palabras para describir el mundo superior, el estado
espiritual. Pero junto con esto, está prohibido olvidar que los
contenidos y los significados de las palabras son diferentes de sus
significados habituales. Por ejemplo, Adam (hombre / humano)
pertenece a la categoría de “Israel”, la cual no está en concordancia
con el nacimiento de uno, sino con sus anhelos espirituales. “Religiosos” del significado espiritual de la sabiduría de la Cabalá, son las Sefirot de “Daat” (intelecto / conocimiento), “Tifferet” (Esplendor) y “Yesod”
(Fundamento), que es la línea media. En otras palabras, la persona que
ya trabaja con tres líneas y llega, o al menos aspira a adherirse al
Creador, es llamada “religiosa”. Secular es aquel que se encuentra
bajo el control del deseo de recibir. “Santidad” es el atributo de otorgamiento y amor. De esta manera, todos nuestros términos y
definiciones son característicos de una cosa solamente: de la
identificación de la fuerza que actúa sobre la persona para determinar
su intención en cada acción. Ya sea con la intención en aras del
otorgamiento, de acuerdo al principio de “ama a tu prójimo como a ti
mismo”, el cual viene de “ama al Creador”, o lo contrario, con la
intención de recibir para uno mismo. Esa es toda la diferencia que
existe entre las personas. La persona que estudia la sabiduría de
la Cabalá sin la intención de atraer la Luz que Reforma, no tiene
ninguna posibilidad de atraer esta Luz de ninguna otra manera. Y sin
esta Luz ella sigue siendo “secular”, es decir que existe con la
intención de recibir para sí misma. Ella está separada del Creador, e
incluso de la Luz que Reforma, que también es llamada la “Torá“.
Así, cuando leemos los escritos de los cabalistas, nosotros tenemos que
entender y recordar siempre que ellos expresan únicamente términos
espirituales.
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