Al corregir la intención, nosotros alteramos la acción. Es similar a
una situación en la que es suficiente con aplicar una buena intención a
un carro que está descompuesto y de pronto comienza a funcionar bien.
En este mundo, se nos “da la libertad” de hacer lo que queramos hasta que lo destruimos completamente. En la espiritualidad, mis acciones se me permiten sólo según la medida de exactitud de mi intención. Todo depende de la pantalla: si sucede que la corriges, puedes usarla. En este mundo se nos dio una oportunidad de jugar como niños y hacer lo que queramos con el fin de educarnos.
No se nos permitirá entrar en la espiritualidad hasta que aprendamos cómo usar este mundo correctamente.
Es por esto que se nos dice, “Este mundo es similar a una antesala a la espiritualidad”.
No hay acción sin intención. Sólo en esta esfera puede uno actuar sin una buena intención.
Al actuar así, nos rebajamos cada vez más, hasta que finalmente nos damos cuenta de que realmente necesitamos traer correcciones.
En la espiritualidad, ninguna acción es posible sin buenas intenciones.
Aparte de las intenciones, no hay absolutamente nada ahí.
Por ejemplo, antes de ir a ver al doctor, yo necesito una intención correcta. Sólo en este caso me curaré completamente: corregiré mi alma y mi cuerpo.
Sin embargo, si no tengo una buena intención, sólo doy tratamiento a mi cuerpo en lo corporal. Entonces, esto significa que no hemos tomado ventaja de la posibilidad que se nos dio.
La razón por la cual nos enfermos fue para elevarnos debido a la enfermedad que teníamos, en vez de curar solamente nuestros cuerpos físicos.
Si continuamos actuando de esta manera, no lograremos la corrección y el Creador tendrá que “dispararnos” en otros lugares y causar nuevos problemas para nosotros. Si nuestras acciones están acompañadas por intenciones incorrectas, dañamos a todos a nuestro alrededor.
Todo se trata de la garantía mutua.
Si fallamos en corregir el punto de vista y desarrollar una actitud positiva, continuaremos cometiendo errores. Cualquier cosa que nos suceda debe considerarse a través del prisma del grupo, a través de la unidad.
Yo veo el mundo ya sea como corregido o como corrupto según mi grado de conexión con otros. Cualquier deficiencia con la que me tropiezo, depende solamente de mi separación o de mi unidad con los amigos. Esto es lo único que observo y eso se me revela en este mundo.
En este mundo, se nos “da la libertad” de hacer lo que queramos hasta que lo destruimos completamente. En la espiritualidad, mis acciones se me permiten sólo según la medida de exactitud de mi intención. Todo depende de la pantalla: si sucede que la corriges, puedes usarla. En este mundo se nos dio una oportunidad de jugar como niños y hacer lo que queramos con el fin de educarnos.
No se nos permitirá entrar en la espiritualidad hasta que aprendamos cómo usar este mundo correctamente.
Es por esto que se nos dice, “Este mundo es similar a una antesala a la espiritualidad”.
No hay acción sin intención. Sólo en esta esfera puede uno actuar sin una buena intención.
Al actuar así, nos rebajamos cada vez más, hasta que finalmente nos damos cuenta de que realmente necesitamos traer correcciones.
En la espiritualidad, ninguna acción es posible sin buenas intenciones.
Aparte de las intenciones, no hay absolutamente nada ahí.
Por ejemplo, antes de ir a ver al doctor, yo necesito una intención correcta. Sólo en este caso me curaré completamente: corregiré mi alma y mi cuerpo.
Sin embargo, si no tengo una buena intención, sólo doy tratamiento a mi cuerpo en lo corporal. Entonces, esto significa que no hemos tomado ventaja de la posibilidad que se nos dio.
La razón por la cual nos enfermos fue para elevarnos debido a la enfermedad que teníamos, en vez de curar solamente nuestros cuerpos físicos.
Si continuamos actuando de esta manera, no lograremos la corrección y el Creador tendrá que “dispararnos” en otros lugares y causar nuevos problemas para nosotros. Si nuestras acciones están acompañadas por intenciones incorrectas, dañamos a todos a nuestro alrededor.
Todo se trata de la garantía mutua.
Si fallamos en corregir el punto de vista y desarrollar una actitud positiva, continuaremos cometiendo errores. Cualquier cosa que nos suceda debe considerarse a través del prisma del grupo, a través de la unidad.
Yo veo el mundo ya sea como corregido o como corrupto según mi grado de conexión con otros. Cualquier deficiencia con la que me tropiezo, depende solamente de mi separación o de mi unidad con los amigos. Esto es lo único que observo y eso se me revela en este mundo.
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