¿Qué tipo de preparación interior debe hacerse antes de la Convención de las mujeres?

Con el fin de romper la barrera entre nosotros, de suavizar de alguna manera la situación, es necesario realizar un taller con el grupo o algún tipo de evento, con el fin de sentir que en cierta medida es posible facilitar la tendencia hacia la construcción de una relación: no sentarse separadas de las demás y profundizar dentro de sí mismas, sino salir de sí misma, elevarse de alguna manera por encima de sí misma, hacia afuera, hacia las demás y entonces encontraremos nuestra vasija espiritual, Kli. Es una emoción femenina clara cuando estoy dentro de mí misma, “Yo dentro de mí”. Con los hombres esto no se destaca mucho. Por un lado, las mujeres lo superan con más dificultad y por otra parte, más fácilmente puesto que es más fácil para ellas determinar dónde está dentro de ellas este “capullo”. La mujer siente muy claramente que este es “mi yo dentro de mí”, mientras que el hombre no. Tiene que pasar mucho tiempo antes de que el hombre alcance este “capullo”. Por lo tanto, yo sugiero que las mujeres realicen varias reuniones, discusiones sobre este tema. Podría ser un taller. Creo que será suficiente con que comencemos al menos a salir de nosotros mismos. Y después, durante la convención, hablaremos de ello y trabajaremos con esto.

Pregunta: ¿Qué les aconseja usted a las mujeres que entienden la importancia de su presencia en la convención, pero prefiero no ir físicamente allí? ¿Cómo es posible ayudarles a superar este “capullo”?

Dr: Laitman Creo que uno simplemente tiene que decidir y trabajar en sí mismo sin prestarles atención a los que los rodean: “¡Nosotros tenemos que hacer esto ahora!” y comenzar a operar, a tratar constantemente de romper la cáscara del aislamiento. Ustedes verán por un lado, cuán difícil es, pero por otro lado, verán que los constantes golpes desde dentro del “capullo” lo romperán al final. ¡Pero, inevitablemente, hay que hacerlo! Sin eso, no sentiremos que estamos en el mundo espiritual que se encuentra por fuera de nosotros, más allá de los límites de este “capullo”.