La percepción de “Israel, la Torá y el Creador son uno” es la única
verdadera realidad que hay. Nosotros, por otra parte, estamos en un
estado de ocultamiento imaginario, en los “mundos”, lo cual significa en
ocultamientos que existen sólo con respecto a nosotros para que podamos
ser corregidos.
El anfitrión frente al invitado acepta el
deseo del invitado y crea este ocultamiento entre ellos de manera que
el invitado no sienta al anfitrión y sus buenas obras ¡Esto es porque
este obsequio paraliza al invitado! El invitado quiere ser como el
anfitrión, pero no puede hacer nada mientras el anfitrión lo llene con
todo lo que es bueno. Bajo tales condiciones el invitado no
pude decir al anfitrión que lo ama y quiere otorgarle. Incluso si dice
las palabras, sólo serán dichas en gratitud hacia el anfitrión por su
amabilidad con el invitado. No es así como se verifica el amor y una
relación ¡El amor se verifica cuando estás dispuesto a dar todo lo que tienes! Entonces es evidente que amas y otorgas. Entonces el anfitrión acuerda con el
invitado que debe tener las condiciones correctas para expresar su
actitud. De otra manera el invitado no ve ningún sentido en recibir la
bondad del anfitrión y sólo experimentará dolor. En lugar de disfrutar
los refrigerios que el anfitrión ha preparado, él se torturará a sí
mismo. Esto trae un gran dolor en el invitado y
entonces él está dispuesto a restringir su deseo (restricción del yo).
Más tarde se desarrolla un sistema que permite al invitado corregirse a
sí mismo. Es como si fuera arrojado lejos del anfitrión hasta el otro
extremo de la creación, de la realidad, como si cayera por un precipicio
hacia un abismo. Pero está feliz por ello ya que al caer
más bajo, comienza descubrir quién es. Antes, se disolvía en la Luz
superior que cuidaba de todo, lo cubría todo. La Luz llenaba el deseo
de recibir y el deseo ni siquiera entendía lo que es en realidad. Así es
como siente una persona que tiene un patrón importante e influyente,
que no puede pensar acerca de nada por sí mismo, entonces comienza a
perderse a sí mismo. Pero el ser creado que es arrojado lejos
del Creador al otro extremo de la realidad puede ahora verificar si su
deseo era real en el mundo de Ein Sof (Infinito) puede hacer
todo por el anfitrión, justo como el anfitrión lo hace por él ¿Puede el
invitado realmente hacer esto y quiere hacerlo? Aquí es donde comienza
su trabajo. Al principio existe un largo periodo de
preparación, miles de años de nuestra historia, de los cuales en ese
lapso ni siquiera podemos considerar que existimos con respecto al mundo
espiritual. Por el momento es sólo un proceso que tiene lugar dentro de
nosotros, como un sueño. Como en un sueño, cincuenta años de nuestra
vida pasan en cinco minutos. Es lo mismo con nosotros, que al entrar en
la realidad espiritual, la escalera espiritual, miramos hacia atrás y
todo el camino que hemos transitado en nuestra vida parece un corto e
insignificante episodio de un par de días como máximo. La escala de los
eventos cambia totalmente. Después que el invitado restringe su deseo, ahora puede comenzar a trabajar y adaptarse al anfitrión. Él está listo para recibir del anfitrión al grado en que pueda otorgar
a él mediante eso. Está dispuesto a estar en la oscuridad y recibir la
oscuridad como Luz. Esto significa que no necesita sentir el sabor y los
llenados del anfitrión para su propio placer. Recibe esos llenado sólo
con el fin de otorgar y llevar contento al anfitrión.
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