En la etapa de madurez espiritual (13 años), en la que yo ya tengo
listas las vasijas de recepción para la corrección, en las cuales puedo
recibir la Luz con la intención a fin de otorgar; según la medida en que
yo reciba, le doy contento al Creador realmente. Hasta entonces sólo existe la
preparación, el estado de “pequeñez” en el que todavía no estamos
obligados a hacer cosas “maduras” y somos tratados de forma indulgente.
Nosotros le exigimos a un niño porque queremos educarlo y no porque él
debe hacer algo. Él no tiene que llenar todos los requisitos.
Pregunta: ¿Cuántos años tardamos en llegar a la madurez?
Dr: Laitman
No hay tiempo en la espiritualidad. “13 años” es un nivel y nosotros
realmente lo anhelamos, verdaderamente queremos entrar en el estado de Ibur (gestación),
entrar en el sistema superior, y sentirlo como una matriz, como un
entorno agradable en el que mis amigos sólo piensen cómo ayudarme y el maestro nos guíe hacia la meta.
Yo me adhiero a ellos y a través de ellos, como a través del cordón
umbilical, soy “alimentado” por medio de las Luces que me influyen. Este
entorno es un vientre para mí, algo redondo, completo, una esfera
redonda en que me encuentro. Yo también soy como una esfera y no limito
nada, sino que me restrinjo constantemente a fin de adherirme, nada más
que eso. Yo valoro la plenitud del entorno
externo, a los amigos, al maestro y ellos reflejan y proyectan en mí
los atributos correctos. Entonces mi “pedazo de carne”, mi deseo,
empieza a tomar la forma de Adam, de un ser humano. El entorno
imprime su forma en mí, no el entorno que vemos hoy en día, sino un
entorno diferente que yo valoro cada vez más. Así me desarrollo como un embrión,
adhiriéndome constantemente al entorno, a pesar de que constantemente se
me envían diferentes interrupciones y quejas con respecto a todo el grupo o a cada uno de los amigos. Yo acepto todo esto en “fe por encima de la razón”
y continúo trabajando no hacia el Creador, sino más bien hacia el
entorno, hacia los amigos entre los cuales yo ya identifico la esencia
interior. Entonces, después de sentirlos, yo
quiero recibir su impronta, su huella. Espero su otorgamiento, porque
descubro la plenitud en ellos. Quiero que ellos mismos se “impriman” en
mi de manera forzosa. Estoy preparado para eso y hago un esfuerzo para
que esto suceda. En realidad, yo mismo me igualo con ellos y les pido
que no se vayan, que trabajen conmigo y que se impriman ellos mismos en
mí. Todo depende del Ibur, esta es la
etapa más peligrosa de nuestro desarrollo. Si tenemos éxito, entonces
el resto es mucho más fácil. Yo cada vez recibo una fuerza de defensa
mayor, una fuerza de superación interior más fuerte que me permite
sobreponerme a todo lo negativo que veo en el grupo. Esto se debe a que
yo veo el deseo de otorgar de los amigos a través de mi ego y descubro
cosas terribles. Pero sigo elevándome en fe por encima de
la razón y les digo que continúen trabajando en mí, procesándome,
imprimiendo contantemente su sello en mí. ¡Yo así lo quiero! Bajo mi
cabeza ante ellos y de antemano estoy dispuesto a aceptar todo lo que
provenga de ellos. Si la persona quiere eso realmente, ella recibe una impresión completa y entonces está lista para nacer.
Pregunta: Pero, al mismo tiempo, yo aún no alcanzo una equivalencia de forma con el entorno.
Dr: Laitman Es
cierto, pero no se requiere nada más en este momento. Es como si yo
estuviera parado ante un rompecabezas en el que falta una pieza, la mía.
Y yo introduzco mi pieza de arcilla en el hueco de tal manera que su
forma se corresponda con los contornos de las otras partes.
¿Cómo se hace eso? Yo les pido a los
amigos que me empujen por todos los lados, que me presionen, que me
amasen, y me empujarme hacia adentro del grupo hasta que yo tome la
forma correcta. Esta forma es el correcto “yo” junto con todas las Sefirot y Partzufim, con todos los componentes adecuados. El Creador se revela en este rompecabezas cuando lo completamos. Nosotros diseñamos el deseo correcto, construimos la Maljut corregida y en ella descubrimos al Creador, de acuerdo con el principio de “ven y ve”, Bo re
(Creador en hebreo). No existe otra manera; sólo podemos hacerlo
juntos, sólo si juntos ponemos al menos una pieza del rompecabezas
humano. Cuanto más grande sea esta pieza, mayor será la revelación.
Pregunta: ¿Cuán importante es que yo entre conscientemente en este rompecabezas?
Dr: Laitman
Tú debes aceptar que el grupo mismo se imprima en ti, que imprima en ti
su forma externa. Para hacer eso tienes que estar de acuerdo con los
amigos en todos los temas relacionados con la espiritualidad, debes
valorarlos como los más grandes de nuestra generación, pedirles que
influyan en ti y bajar la cabeza ante ellos dado que el Creador vive en
ellos.
Pregunta: Pero si veo algo que es totalmente contrario
Dr: Laitman
Este es exactamente nuestro trabajo. El deseo egoísta permanece (en
negro), pero afuera, éste adquiere una forma, la forma de otorgamiento
(en rojo). Esta es nuestra educación espiritual, que es una educación
“formativa”. La materia simple, la cual es el deseo de recibir no es
suficiente. Todo depende de la forma; cuando dos tipos diferentes de
materia toman diferentes formas, nosotros recibimos una educación, es
decir que comenzamos a comprender la realidad.
Pregunta: ¿Por qué es tan difícil que nosotros seamos incorporados en el entorno espiritual?
Respuesta:
Porque aquí se revela de manera creciente la inclinación al mal. Cada
vez se revelan nuevas “espinas” y yo tengo que tomar una nueva forma
cada vez, ceder, anularme yo mismo y ver todos estos problemas en la fe
por encima de la razón. Hasta ayer todo estaba bien, pero hoy ya
no lo está y tengo que trabajar de nuevo en mí mismo para ver en los
obstáculos, las formas correctas que pertenecen al cuerpo del embrión.
Al día siguiente aumentan las dificultades y demandan que yo cambie mi
actitud. Así supero constantemente las interrupciones en fe por encima
de la razón y me corrijo yo mismo.
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