Ahora, sin embargo, se me reveló como los niveles inanimado, vegetativo y animado de la naturaleza,
como seres humanos y como el mundo entero que me rodea, el cual me
parece externo a mí. De hecho, todo esto es la revelación del Creador
quien, mientras tanto, está oculto en forma opuesta a lo que deberíamos
ver. Todo este cuadro opuesto se explica sólo
por medio de la oposición de nuestros atributos. Es posible corregirlo
solo si tratamos arduamente de ver esta realidad a través del maestro,
del grupo, de los libros y de la difusión,
al intentar percibir la realidad como la realidad plena, si buscamos
qué nos falta para alcanzar tal actitud y la reforzamos por medio del
entorno. Entonces, gradualmente, por medio de los esfuerzos que hacemos,
de la misma forma que “muchos centavos se suman a una gran cuenta”,
comenzamos a sentir que sólo tenemos que corregirnos a nosotros mismos y
que todo lo que es externo a nosotros es la Santa Shejiná o el alma.
En cada momento nosotros tenemos la
oportunidad de trabajar en nuestros malos pensamientos y en nuestra
crítica con respecto a la realidad, a la Providencia superior e incluso a
mí mismo, a mis atributos, a lo incompleto interior o exteriormente que
soy, con el fin de aclararla, de superar la crítica y juzgar todo en
la escala del mérito. Entonces se revelará la realidad plena y
verdadera. De esta manera veremos que todas las
desviaciones con respecto a la plenitud, que todas las deficiencias que
sentimos constantemente, que la corrupción propia y la corrupción del mundo
exterior eran solo fuerzas que estaban destinadas a reforzar e
incrementar la relación de la persona con el Creador. La realidad se nos
revela ahora como un campo de Luz que
brilla a la Luz de muchos rayos, de los diferentes discernimientos de
la plenitud. Así, la persona encuentra la meta de la creación. En cada momento nosotros tenemos la
oportunidad de trabajar en nuestros malos pensamientos y en nuestra
crítica con respecto a la realidad, a la Providencia superior e incluso a
mí mismo, a mis atributos, a lo incompleto interior o exteriormente que
soy, con el fin de aclararla, de superar la crítica y juzgar todo en
la escala del mérito. Entonces se revelará la realidad plena y
verdadera. De esta manera veremos que todas las
desviaciones con respecto a la plenitud, que todas las deficiencias que
sentimos constantemente, que la corrupción propia y la corrupción del mundo
exterior eran solo fuerzas que estaban destinadas a reforzar e
incrementar la relación de la persona con el Creador. La realidad se nos
revela ahora como un campo de Luz que
brilla a la Luz de muchos rayos, de los diferentes discernimientos de
la plenitud. Así, la persona encuentra la meta de la creación.
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