Baal HaSulam,
“El fruto del sabio”: Durante una oración común a la persona se le
prohíbe separarse de los demás y pedir para sí misma, incluso si ella
quiere darle placer al Creador, aun así va a hacerlo ella misma y no
con los demás. Después de todo, aquel que se desconecta de la sociedad y
pide por su alma individual no la construye, por el contrario, él daña
su alma al convertirse en el “hombre orgulloso, con el que el Creador no
puede juntarse”.
No es fácil superar este difícil problema psicológico. Nuestro ego no nos permite comprender, recordar, aprender y adoptar la regla de que sólo al salir de los límites de nuestro cuerpo, encontraremos la vasija de nuestra alma. Todo lo que ahora veo psicológicamente como mi “yo” existe solo en mi fantasía, para que yo tenga que cancelar este pensamiento, anularme a mí mismo y verme por fuera de él.
Para aceptar este hecho, esta visión del mundo, y vivir con ella, necesitamos el apoyo decidido del entorno, de los estudios y del trabajo duro en garantía mutua. Cualquier acción de corrección comienza de esto porque cada vez se nos añade más egoísmo, nosotros tenemos que trabajar con esta carga adicional para poder decidir que, a pesar de ella, nuestra vasija está por encima de esta. Estos mensajes: “Lo que es odioso para ti, no se lo hagas a los demás” y “Ama a tu prójimo como a ti mismo” nos parecen simples reglas de cortesía, comportamiento “cultural”, homilías morales. Pero no, hablamos de una orientación interna que debe existir en la persona si quiere encontrar su parte interna, su alma y empezar a corregirla.
Esa es la razón por la que quien ora por sí mismo, no sólo no avanza en la espiritualidad, sino que además se causa un gran daño a sí mismo porque con esto él se aísla de los demás, empeorando la ruptura. Aunque es claro que las acciones negativas también son inevitables porque la persona tiene que llegar a la realización del mal, antes de comprender y sentir que esta es una actitud incorrecta. Pero nosotros estamos a punto de completar este trabajo, es por eso que debemos entender y reforzar constantemente la opinión general de que la existencia espiritual, el progreso y el resultado del trabajo, están sólo en el “nosotros”, no en el “yo”, sino sólo entre nosotros . Hacia allí tenemos que atraer todas nuestras fuerzas, tratando de acostumbrarnos nosotros mismos a este punto de vista y reemplazarnos con el “nosotros” para vivir dentro del alma.
No es fácil superar este difícil problema psicológico. Nuestro ego no nos permite comprender, recordar, aprender y adoptar la regla de que sólo al salir de los límites de nuestro cuerpo, encontraremos la vasija de nuestra alma. Todo lo que ahora veo psicológicamente como mi “yo” existe solo en mi fantasía, para que yo tenga que cancelar este pensamiento, anularme a mí mismo y verme por fuera de él.
Para aceptar este hecho, esta visión del mundo, y vivir con ella, necesitamos el apoyo decidido del entorno, de los estudios y del trabajo duro en garantía mutua. Cualquier acción de corrección comienza de esto porque cada vez se nos añade más egoísmo, nosotros tenemos que trabajar con esta carga adicional para poder decidir que, a pesar de ella, nuestra vasija está por encima de esta. Estos mensajes: “Lo que es odioso para ti, no se lo hagas a los demás” y “Ama a tu prójimo como a ti mismo” nos parecen simples reglas de cortesía, comportamiento “cultural”, homilías morales. Pero no, hablamos de una orientación interna que debe existir en la persona si quiere encontrar su parte interna, su alma y empezar a corregirla.
Esa es la razón por la que quien ora por sí mismo, no sólo no avanza en la espiritualidad, sino que además se causa un gran daño a sí mismo porque con esto él se aísla de los demás, empeorando la ruptura. Aunque es claro que las acciones negativas también son inevitables porque la persona tiene que llegar a la realización del mal, antes de comprender y sentir que esta es una actitud incorrecta. Pero nosotros estamos a punto de completar este trabajo, es por eso que debemos entender y reforzar constantemente la opinión general de que la existencia espiritual, el progreso y el resultado del trabajo, están sólo en el “nosotros”, no en el “yo”, sino sólo entre nosotros . Hacia allí tenemos que atraer todas nuestras fuerzas, tratando de acostumbrarnos nosotros mismos a este punto de vista y reemplazarnos con el “nosotros” para vivir dentro del alma.
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