No sentimos exactamente lo que nos viene de Él ni vemos que todo esto
es para nuestro beneficio. Evaluamos el bien y el mal según cuánto y qué
sienta nuestro nivel “animado”. Este es el principal atributo del
ocultamiento. Si sintiéramos que todo proviene del Creador, del Bien que
hace el bien, veríamos el mundo de manera diferente. ¿Cómo podemos
lograr esto? El Creador nos envía Su actitud del Bien
Quién Hace el Bien no aplicada a los deseos egoístas, sino en relación a
la meta, al desear elevarnos por encima del “animado” al grado humano. Por lo tanto, su influencia siempre nos parece mala, dañina para el nivel “animado”.
De la misma manera se siente el niño
bajo la constante presión de sus padres: “Tienes que comer bien, no te
ensucies, aséate después, mantén tus cosas en orden, estudia esto, lea
esto, y así sucesivamente”. Nosotros constantemente exigimos algo de él,
deseando cuidar el grado humano en él, y esto se ve mal ante los ojos
de los “nivel animado” que quiere crecer libremente. Sin embargo, los niños de nuestro mundo
se esfuerzan por parecerse a los adultos, por aprender de sus ejemplos.
Para nosotros, el ejemplo es el entorno en el que creceremos como niños que se desarrollan con facilidad. Vemos que el desarrollo ocurre debido a muchos esfuerzos. En consecuencia, cuantos más buenos ejemplos tenga yo ante mis ojos,
menos esfuerzo que tendré que invertir. Mi naturaleza querrá ser como
los demás. Esto significa que si el entorno es
importante y valioso ante mis ojos, si éste me atrae, si los amigos
juegan delante de mí demostrándome que son grandes y que tienen conexión
con el Creador, si una, otra vez me muestran ejemplos cada vez más
cualitativos, entonces es fácil que yo me desarrolle y me eleve sin
mucho esfuerzo. Por el contrario, si el entorno no me da
buenos ejemplos o si yo lo ignoro, si no elevamos juntos al Creador
ante nuestros ojos, entonces es difícil avanzar. Este es un problema; yo
no tengo buenos maestros. Por lo tanto, con el fin de no ser un
“animal” en el curso de su desarrollo, la persona tiene que participar
por sí misma en este proceso. Junto con sus amigos ella construye el grupo,
el entorno, para que siempre le parezca más elevada, al crecer cada vez
más. Como resultado, los amigos están para él en el mundo del Infinito, la grandeza y calidad del grupo se comparan con el Creador, y no
menos. Si el grupo es más bajo ante sus ojos que el Creador, entonces
ella no lo aprecia lo suficiente a fin de desarrollarse con su ayuda de
manera óptima y lo más rápidamente posible. Esto es lo que debemos
recordar.
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