El proceso de “lectura” de la realidad
externa como interna está dividido en cuatro etapas, e inmediatamente en
el primer paso yo debo guiarme sólo por lo que veo y veo que el Creador está
haciendo esta “proyección” para mí. Es como se me hubiera colocado un
proyector y este me muestra el mundo entero y todo lo que le ocurre a
él. La luz de la “bombilla” de este “proyector” pasa a través de la
“película” que está dividida en “cuadros”, cae en la “pantalla”, es
decir, en mi mente; como resultado, yo veo una imagen actual del
mundo. Bien, el Creador mismo es la Luz Superior abstracta, la Luz del Infinito.
Entonces, de hecho, la “película” son mis Reshimot que
crean esta o aquella imagen para mí. Si no fuera por este mecanismo,
no habría distinguido que está sucediendo, porque las Reshimot habrían permanecido adentro. Sin embargo, el Creador, iluminándolos, revela mi mundo interno como una realidad externa.
Baal HaSulam escribe acerca de esto en la “Introducción al Libro del Zóhar”.
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