cada mundo inferior es una huella del mundo que hay por encima de
éste. Por lo tanto, todas las formas en el Mundo Superior son
meticulosamente copiadas, tanto en cantidad como en calidad, en el mundo
inferior. Por lo
tanto, no existe un elemento de la realidad, o de un acontecimiento de
la realidad en un mundo inferior, que no se encuentre semejanza en el
mundo que está por encima de él, son idénticos como dos gotas en un
estanque. Y ellos son llamados “Raíz y Rama”. Eso significa que el ítem
que hay en el mundo inferior se considera una rama de su patrón, que se
encuentra en el Mundo Superior, que es la raíz del elemento inferior,
puesto que es allí donde fue impreso y hecho ese elemento que hay en el
mundo inferior. Los
niveles inanimado, vegetativo, animado y hablante de este mundo (ver el
diagrama abajo, marcado en amarillo) representan el último eslabón de
la cadena de los mundos. Este mundo material es una rama. Por encima de
él, hay un mundo de raíces (marcado en rojo), que es, de hecho, una rama
de otro mundo más elevado que él. Por lo tanto, ambos mundos
“inferiores” (nuestro reino y el siguiente) se derivan de una raíz que
está por encima los dos (marcada en verde). Sin duda, hay más mundos ahí afuera, pero en este diagrama mostraremos sólo tres de ellos. Sin
embargo, las formas, los elementos de la realidad y todos los
acontecimientos llegan sin cambios e iguales a cada mundo, tanto en
cantidad como en calidad, dado que nosotros tratamos con una realidad que está dividida en niveles separados sólo en nuestra percepción.
Eventualmente,
nuestro deber es volver a conectar todos los mundos dentro de nuestras
sensaciones. Podemos hacerlo al usar el lenguaje único e indivisible de
las ramas. Los cabalistas han encontrado un vocabulario que han establecido y anotado, el cual se asocia con este mundo físico, suficiente
como para crear un excelente lenguaje hablado. Éste les permite
conversar entre sí de los tratos en las Raíces Espirituales y en los
Mundos Superiores con sólo mencionar la rama inferior, tangible, en este
mundo que está bien definido por nuestros sentidos corporales. Nosotros reconocemos, sentimos, y formulamos estos nombres y denominaciones en este mundo. A pesar de haberse originado en nuestra naturaleza corporal, aun
así ellos se han ganado el derecho a ser expresados al nombrarlos a
través de sus ramas y arreglarlos ante nuestros sentidos aquí en el
mundo tangible. Los cabalistas los asocian con sus raíces. La
totalidad de las cosas y de los acontecimientos desciende hasta nosotros
a través de la cadena de mundos, hasta “investirse” en las sensaciones
que se entrelazan con las palabras y los nombres, los cuales, a su vez,
están conectados con las Raíces Superiores, hacia las cuales apunta esta rama corporal, porque está relacionada con ella, al ser su impronta, llevándonos así hacia el origen, a la Luz Superior. Todos los
fenómenos descienden a través de la cadena de ramas y raíces. Nosotros
los nombramos por medio de palabras, denominaciones relacionadas en
este plano con ellos, que están profundamente incorporadas a nuestro
conocimiento y sentidos. Cuando
escuchamos la palabra “cristal”, nosotros sabemos a ciencia cierta qué
significa. Lo mismo se aplica al fenómeno espiritual. El hecho de que
éste no posea la sustancia material de un vaso es irrelevante, tampoco
es importante que carezca de la forma de una copa. Aun así éste conserva
su esencia, puesto que su núcleo es permanente en todos los niveles. No hay
ninguna otra manera de definir un fenómeno o un evento. La sabiduría de
la Cabalá utiliza un lenguaje preciso que está unido a las raíces
permanentes de la naturaleza Superior. Éste se basa en un sistema
inmutable, perpetuo. A medida
que nos desarrollamos, ante nuestros ojos sólo cambian las relaciones
entre las distintas partes de la Cabalá, aunque las partes, per se, se
mantienen intactas. Esta es la razón por la cual la Cabalá se conoce
como la “auténtica sabiduría”: Todo lo que hay en su idioma siempre es
cierto. Después de todo, nosotros no podemos cambiar el orden de las
ramas y las raíces o las relaciones entre ellas: El único cambio se
produce en nuestra percepción. Por
supuesto, el uso del lenguaje de las ramas conlleva una serie de
consecuencias. En particular, gracias a sus libros, los cabalistas
pueden conducirnos a ascensos espirituales y gracias a ellos, nosotros
podemos llevar a cabo diversos estudios, etc.
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