Actualmente, la humanidad ha llegado a una nueva etapa de desarrollo y ahora debemos trabajar juntos para corregir el mundo.

No hay alternativa, porque los problemas actuales son causados por la Luz revelada que nos empuja para que comencemos a unirnos. De lo contrario, ésta seguirá acercándose a nosotros, pero de manera catastrófica, como un asteroide que amenaza con colisionar con la Tierra. La Luz está realmente acercándose y día a día somos confrontados con las consecuencias de esto. Los recortes laborales, las enfermedades y multiplicación de los problemas, las perversiones de la naturaleza humana están creciendo, mutaciones, es decir, están ocurriendo serios cambios que van empeorando las cosas en la sociedad humana y el mundo que nos rodea. Además, las elites y los gobiernos pierden sus medios de influencia que les permiten manejar el mundo, no saben qué hacer. Anteriormente, era posible jalar a una u otra “rienda”: dinero, ejercito, dinero, ejército. Pero en estos días, el dinero ha perdido su aura de omnipotencia, la policía y los métodos militares no son eficaces en las condiciones en las cuales cada vez más países están llamando a la puerta del “club nuclear”. En mi opinión, alrededor de una veintena de países poseen armas nucleares en la actualidad. Como resultado, nos enfrentamos a un gran problema, ya que tenemos la obligación de iniciar la corrección del mundo. Me refiero a todos aquellos que están junto a nosotros, que sienten el momento de su corazón: Debemos despertar la unidad. Si no somos capaces de unirnos antes que la Luz nos acerque, avanzaremos por el camino del sufrimiento. La situación es la siguiente: Si nosotros somos atraídos hacia la Luz, sentimos el positivo (+) nos movemos por el camino de la aceleración (Ajishena). Si no queremos eso y permanecemos en nuestro egoísmo (Ego), vemos el lado opuesto de la Luz (-)  avanzamos como ha sido “programado”, “a su debido tiempo” (Beitó).

 

Por lo tanto, hoy nos encontramos en una situación de elección, en el punto del signo de interrogación, desde el cual podemos elevarnos o caer. En este punto de inflexión, las personas que se sienten atraídas por el desarrollo espiritual, aquellas que han sentido el punto en el corazón, que han recibido de Arriba el deseo de pensar en esto y han aprendido acerca del programa y la meta que está más allá de nuestra vida normal, pueden hacer que toda la humanidad las siga. Deben hacerlo. Los cabalistas de todas las generaciones han escrito al respecto.