Se nos dice que el mandamiento “Ama a
tus amigos como a ti mismo” es la mayor regla en la Torá. En otras
palabras, se trata de un programa que gobierna toda la realidad, de un
programa que llamado “amor”. Éste incluye al inanimado (I), vegetativo
(V), animado (A) y hablante (H) de la naturaleza. Por lo tanto, todo y
todos están sujetos a la influencia de la fuerza del amor y progresan en
concordancia con él, ya sea de forma voluntaria o no.
El amor actúa como una madre
afectuosa y cariñosa y expande constantemente el deseo de recibir. Esto
es lo que hace la Luz: Ella nutre el deseo de recibir.
Sin embargo, mientras crece todo el sistema, sus sufrimientos
aumentan, dado que éste avanza de manera egoísta. Por un lado yo
quisiera “tragarme” al mundo entero, pero por otro lado, ¿quién me lo
permitirá?. Así, resulta que sufro más, a pesar de
las nuevas “oportunidades” que recibo. Se nos da más opciones; cada día
oímos hablar de nuevas fuentes de placer. Incluso podemos “tocarlas” y
“olerlas”, pero en realidad no podemos sumergirnos en ellas por
completo. Cada vez observamos desde un costado el placer y, al final,
solo le añadimos algo a nuestra frustración. Esta es la forma en que el progreso se
ha desplegado durante miles de años hasta ahora: Nosotros cultivamos las
ciencias, las tecnologías, la cultura, la educación y aún permanecemos
“sin llenado”. Hay gran cantidad de vasijas que están listas para
recibir placer, ¿y qué?. Tomemos un teléfono inteligente como un
ejemplo. Cuando yo lo sostengo en mi mano, en realidad tengo al mundo
entero en mi palma. Tengo la oportunidad de hablar con la persona que
quiero, de llegar a conocer qué está pasando en los lugares más remotos
del mundo. Pero, ¿qué hago yo? Chateo sobre tonterías o “mato el tiempo”
por medio de juegos virtuales. A la larga, me quedo vacío. La
generación más joven gasta todo su tiempo de esa manera, ellos
sacrifican su futuro potencial y se abruman a sí mismos con el vacío.
Nosotros actuamos como si fuéramos niños pequeños. Esto significa que la Luz nos ha llevado
a marchitarnos, a la degradación, al deterioro y a la indiferencia.
Era totalmente inconcebible que nosotros termináramos de esta manera. Los placeres ya no estimulan las
esperanzas. Por el contrario, estamos decepcionados de ellos y en la
actualidad, lo único que queremos es descansar. De todas maneras nos
hemos dado cuenta que nunca conseguiremos lo que queremos, así que
“fumemos y olvidémonos de todo”. No es un accidente que las drogas hayan
sido legalizadas, últimamente. Hay que “calmar” a las personas de
alguna manera. Entonces, ¿qué nos trajo el progreso a
largo plazo? ¡Nada! Queríamos ser más fuertes, más potentes, ahora
preferimos reducir nuestras demandas y satisfacernos con lo menos
posible para poder llenarnos con la calma lenta a la que aspiramos. Hemos sido capitulados. Hemos levantado
nuestras manos con impotencia en señal de rendición. Al no seguir el
principio de “ama a tu amigo como a ti mismo”, nosotros multiplicamos
nuestro sufrimiento. Aquí es donde radica el problema. El
amor es una ley general, universal, que abraza toda la realidad. No
podemos escapar de ella. Cuanto más nos adhiramos a ella, más éxito
lograremos y viceversa. Nosotros constantemente experimentamos fracasos
porque ni siquiera tratamos de implementar esto en la vida. Al ser
indiferente a este principio, no nos damos cuenta cuánto perdemos y
cuánto podríamos obtener de él. Mientras tanto, “ama a tu prójimo como a
ti mismo” es una regla general para todas las correcciones. En otras
palabras, todas las partes de la naturaleza inanimada, vegetativa,
animada, y hablante tienen que unirse en una relación llamada “amor”.
Nosotros no podemos alterar esta regla. Esto siempre será así.
El método de corrección
nos explica cómo corregir nuestro “territorio”, es decir, a la
humanidad junto con los demás niveles de la naturaleza, de tal forma que
todos se vuelvan similares en sus propiedades a la Fuerza Superior, al
Creador. En última instancia, nosotros sólo tenemos que cumplir con la
ley del amor. Para ello, tenemos que interpretar correctamente qué es
el amor, qué clase de ley es esta, cuán lejos estamos de ella en este
momento y cuáles son las maneras de seguirla.
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