Por otra parte, nosotros (Nosotros) representamos el más alto porque
tenemos el punto en el corazón (•). Nos preocupamos por el desarrollo,
sentimos y entendemos su importancia, nos importa, no somos
indiferentes, tenemos una conexión con la Luz, lo cual nosotros mismos desconocemos. Por otro lado, la humanidad no tiene
conexión directa con la Luz y las personas viven en el marco de nuestra
civilización, cuidando de las necesidades comunes por comida, sexo,
familia, dinero, honor, poder y conocimiento. Ellas no necesitan nada
más. Sin embargo, hoy en día existe una
situación especial: El mundo está sumiéndose en la crisis. Prácticamente
todos sienten esto y no pueden hacer nada. Aquí, debemos entender que
esta crisis es causada por la aproximación continua de la Luz, que se
manifiesta en nosotros, socavando la institución familiar, destruyendo
la educación de los niños, privándonos de la empatía en las relaciones
entre las personas y nos debilitándonos. En general, las múltiples
facetas de la crisis nos llevan a un punto en el que el bienestar
anterior y las viejas esperanzas parecen “deslizarse entre los dedos
como el agua”. Esto está sucediendo porque nosotros no somos capaces de
entrar en contacto, en conexión con la Luz que está revelándose cada vez
más. Entonces, nosotros tenemos una razón para llegar a las personas y explicarles por qué se sienten mal. Baal HaSulam
escribe sobre esto, que debemos convertirnos en “un reino de
sacerdotes”, llegarle a la gente y decirle cómo corregir la situación,
cómo hacerle frente a la crisis. Después de todo, la salida de ésta,
está en la unidad (Σ) por medio del método de educación integral (∫). Si nos unimos, la crisis desaparecerá porque en nuestra unidad
comenzaremos a revelar la Luz. Ella está en nosotros ahora, pero
nosotros no armonizamos con ella, sino que está aún más oculta y como
resultado, sentimos la creciente oscuridad. Si nos correspondemos con la
Luz, entonces la manifestamos en la cualidad original, iluminamos la
vida con bondad, la cual construye todas las conexiones entre nosotros y
nos llena. Así, tenemos sólo dos oportunidades simples:
- O nos unimos, volviéndonos similares a la Luz para que sea revelada en nosotros;
- O no nos unimos, entonces ésta se revelará todas maneras, pero a su debido tiempo, en el camino del dolor, el sufrimiento causados por nuestra creciente divergencia entre ella y nosotros.
Sin embargo, la humanidad misma no puede
entender el método de corrección o sentir algo, porque no tiene lo más
importante, el punto en el corazón. Por lo tanto, esto depende de
nosotros: Debido al punto en el corazón, nosotros tenemos una conexión
con la Luz. De tal manera que, precisamente nosotros somos los que
tenemos que ser un nexo de unión entre ella y toda la humanidad. Además, si en todas las generaciones desde Adam
hasta ahora, los cabalistas crearon sólo ciertos grupos, hoy en día
esto no es suficiente. En el pasado, el poder espiritual del grupo era
suficiente para revelar la Luz. Hubo varias veces en los que los grupos
solo contaban con unos pocos, o decenas, o cientos, o miles de hombres.
Sin embargo, nosotros tenemos que integrar nuestros pequeños grupos en
todos los demás.
Nosotros, nuestro grupo, no podemos obtener la conexión con la Luz si no tomamos en cuenta a toda la humanidad.
Tenemos un gran deseo y aún no somos capaces de realzarlo. Los años
pasan y estamos aparentemente “inactivos”. Encerrados en nuestros
grupos, somos como un perro que da vueltas tratando de atrapar su propia
cola. Hay gran cantidad de esfuerzo y poco efecto. ¿Por qué? Esto se debe a que no tenemos
la necesidad, la sensación de carencia. No tenemos ese gran menos (-)
con el cual podríamos alcanzar la Luz. No lo tendremos, sin importar
cuán duro que trabajemos. Es por eso que los grupos de “flotan en
el agua” durante años. Deben a tener toda la humanidad conectada con
ellos, no miles de millones de personas de una sola vez, pero es
necesario comenzar a trabajar en esta dirección. Necesitan “ir hacia las
masas” conectarlas con nosotros. Entonces, en respuesta, obtendremos un
gran deseo, una gran necesidad. Sí, se trata sólo de una necesidad
natural “terrenal” simple, basada en las necesidades ordinarias; sin
embargo, nosotros convertimos esto en un impulso espiritual y le pedimos
al Creador la realización espiritual. Elevamos su deseo y pedimos:
“¡Danos la Luz! ¡Danos la unidad!” Este deseo espiritual despierta la
Luz que nos afecta como respuesta, se revela en nosotros y nosotros se
la llevamos a las personas.
Por lo tanto, esta Luz resuelve
todos los problemas. En nuestro mundo nada nos hace falta además de la
conexión entre las personas. A través de la interconexión correcta,
seremos capaces de organizarlo todo. La única cosa es construir
correctamente las relaciones entre nosotros.
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