
La nación de Israel es una definición colectiva de personas cuyos ancestros habitaban en la antigua Babilonia y recibieron un despertar hacia el “trabajo del Creador”, llegar a la adhesión con Él. Abraham eligió a tales personas y las organizó en un grupo. Estamos reuniéndonos con el mismo grupo que consiste de personas que existen en nuestro mundo así como las almas que no tienen cuerpos materiales. En esencia, es el mismo grupo, las mismas almas, conectándose entre sí para revelar el mundo espiritual, el Creador, lograr la similitud con Él, y traerle contento a Él. Todas esas almas juntas son llamadas el grupo de Abraham. Parte de esas almas han caído del mundo espiritual y están completamente perdidas; nadie sabe dónde están. Se dice que 22 millones de personas han sido descubiertas en Pakistán, quienes, supuestamente, alguna vez pertenecieron al pueblo de Israel. Es imposible saberlo ahora y no es tan importante. Estamos pensando no en términos de “cuántas cabezas”, sino en relación con las almas, deseos. Con respecto al deseo, aquellos que aspiran a alcanzar el mundo espiritual hoy día así como todos los que lo han alcanzado en todas las generaciones, juntos, son considerados como parte del grupo de Abraham. Aparte, aquellos que alguna vez estuvieron en el grado espiritual y después cayeron de este, abandonando el “trabajo del Creador”, están ahora en un estado “latente”, esperando recuperar lo que perdieron. Ellos también, pertenecen a este grupo. Resulta que “Israel” (Iashár-Kel o “directo al Creador”) es un grupo bastante numeroso ya que muchas personas han “pasado a través” de este en las generaciones pasadas. Este grupo necesita reforzarse constantemente. Todos estamos trabajando para alcanzar la espiritualidad mientras aun estamos en este mundo, y se nos unen todas las almas del mundo superior, de otra dimensión, que están asistiéndonos, trabajando junto a nosotros en un sistema unificado para pasar la Luz hacia el alma común de Adám HaRishón. Al hacerlo, estamos despertando a todas las almas que han caído del mundo espiritual durante la destrucción del Primer y el Segundo Templo; los estamos ayudando a regresar. Después de todo, se han enredado en otros deseos y almas, lo que es llamado “estar en exilio“. En adición, estamos despertando almas que nunca habían sido despertadas. No estamos trabajando solos, sino junto a las almas de los patriarcas, ¡de Abraham, del grupo de la antigua Babilonia! es un sistema inmenso. Pero incluso si el sistema conecta a sí mismo todas las almas, todas las personas del mundo y si todas las almas en el mundo espiritual pasan la Luz para corregir los deseos, todo eso será sólo una delgada línea en el mundo del Infinito. Néfesh de Néfesh. Así de enorme es Máljut del mundo de Infinito.
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