
Hoy llegamos a un nivel de desarrollo tal donde las personas están dispuestas a contraerse y no pensar en grandes placeres, pero todavía encuentran la forma de endulzar sus vidas materiales. Sólo no tener que sufrir. Evitar el sufrimiento es el placer. Es natural. Las pequeñas alegrías de las personas deben alegrarnos a nosotros. Esta no es una alegría de perversos sino una oportunidad que el Creador les da para alegrarse. Nosotros debemos, mientras tanto, difundir la sabiduría de la Cabalá para que hable a sus sufrimientos lo suficiente como para que enciendan el canal de Cabalá. Mientras ellos disfrutan de no sufrir nosotros tenemos que trabajar. Nos acercamos al punto en el que estaremos obligados a arreglarnos con la naturaleza, con el Creador, en forma global. Nuestra generación debe llegar a la unión entre todas las personas para estar en el nivel correspondiente para el liderazgo. El que tiene el punto en el corazón está obligado a corregir al mundo, el que no lo tiene, que se siente en una cafetería y disfrute, ¿Qué más tiene?
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