
1- que no pertenece y no está conectado en absoluto al mundo espiritual, Superior. El reconocimiento de este punto débil es bueno, porque esto es en definitiva el reconocimiento de la naturaleza del hombre – que está desconectado de lo espiritual y que por medio de su naturaleza no tendrá éxito. 2- Que sí puede adquirir la fuerza que la ayude, que todo lo que la dirija para alcanzar el mundo Superior – por medio del entorno. Que el medio hacia el mundo Superior es el entorno que se halla cerca de ella, al que llega desde Arriba, que la organiza y a través de él puede recibir fuerzas Superiores. La adquisición del mundo Superior no significa que voy y lo adquiero por mí mismo – lo compro, lo trago, me introduzco dentro de él. Para conquistar el mundo Superior sólo necesito parecerme a él y descubrir que me hallo en él. Es decir que la dirección no es que trabajo sobre algo exterior, sino que trabajo sobre algo que está en mí. No hay que evaluar cuánto adquiero desde afuera, sino cuánto cambio desde adentro, en relación al estudio y los temas de los que se ocupa la sabiduría de la Cabalá. Cuando llegamos a la lección, tenemos que realizar la preparación de que ahora vamos a construirnos a nosotros mismos bajo la influencia del entorno. Que dentro de mis amigos existen fuerzas poderosas, del Creador y yo quiero estar bajo su influencia porque esto puede modificarme. Nosotros sólo tenemos que pedir maravillarnos, rezar para revelar nuestro interior, nuestros deseos, los estados descritos en el Zohar. Nuestra reforma es alcanzar la corrección del mundo, el deseo del Creador y no continuar estando en el exilio. Lo que debemos hacer es corregir el alma y de eso nos ocupamos. Esta es precisamente la sabiduría de la Cabalá, o en otras palabras, el trabajo del Creador. Nuestro estado es el más terrible, porque ni siquiera reconocemos la escalera y qué nos perdemos del mundo Ein-Sof. Dentro de nuestro estado existen dos caminos: hasta qué punto logramos progresar sólo por nosotros mismos, es decir que el principio esté en nosotros, y así avanzaremos. Y si no, entonces existe el programa de la naturaleza, que nos promueve de acuerdo a lo que está escrito en él. La diferencia entre el camino de la Torá y el camino de los sufrimientos, es que en el camino de la Torá la persona se prepara, quiere que se revele su Reshimó (reminiscencia), recibe la revelación con alegría y la pone en práctica. El Sagrado Arí, (Rabí Isaac Luria) es un fenómeno especial en la historia de la sabiduría de la Cabalá – este es el momento decisivo que cambió todo el rumbo de la evolución. Desde el mundo Ein-Sof y hasta la Cabalá del Arí, todo fue una preparación desde Arriba hacia abajo, sin un método de corrección. Del Arí en adelante comienza la corrección, por medio de las almas que atraviesan la corrección de abajo hacia Arriba, mediante el mismo método que reveló el Arí. El Arí reveló todo el método de la corrección [Kelim (vasijas), Masajim (pantallas), Partzufim, Sefirot, Tzimtzum Alef y Bet (la primera y segunda restricción), Mundo de Nikudim, Mundos BYA (Briá, Yetzirá, Asiya) de Tum-á y Kedushá (impureza y santidad), Adam HaRishón (el primer hombre), etc.] y ordenó todos estos términos y le dio una cobertura general a toda la realidad espiritual, que es en realidad las formas de relación entre el ser creado y el Creador. Dos trayectos para la diseminación:
1- Diseminación interior, entre nosotros – que nos unamos, descubramos la Luz Superior y con esto preparamos a la humanidad un lugar para unirse con nosotros.
2- Diseminación exterior – La preparación misma. El establecimiento de sistemas de estudios, desarrollo de un método más claro, la creación de un archivo más cercano a cada uno con todos los materiales y el orden adecuado. En definitiva, traer a este mundo el método de la corrección para que pueda utilizarse fácil y rápidamente – esta es nuestra misión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.