
Una carta de mi estudiante: A las siete de la mañana del sábado, varias personas de nuestras “fuerzas especiales de Arvut” de Wall Street, Nueva York, viajaron a Boston, una de las ciudades más antiguas, más bellas, e inteligentes en los EE.UU. Fuimos invitados por nuestros amigos del grupo de Boston que había invertido varias semanas estableciendo una relación con los organizadores de la “ocupación” acampada allí. Los simpatizantes del campamento estaban ansiosos por tomar folletos, pero el movimiento no estaba creciendo y la inclusión mutua no estaba sucediendo. Nos dijeron que el movimiento de Boston era un movimiento a pequeña escala. No estaba claro qué trabajo se necesitaba ni cómo incorporar el mensaje de garantía mutua en las masas puesto que no había “masas”. Sin embargo, como dijeron nuestros amigos: “Tienen que hacerlo”, el Arvut respondió, “¡Ustedes ya lo tienen!” Después de todo, haber sido mecidos cuatro horas en un autobús de dos pisos no era el fin del mundo y fue una oportunidad para ponernos al día con el sueño que perdimos durante la conexión a la convención en el desierto de la Aravá. Llegamos al lugar al mediodía y nuestros amigos nos recibieron con tanto calor que ¡no tuvimos más remedio que devolver al menos el doble de lo que nos habían dado!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.