
Rav: Al menos carezco del deseo, tengo una intención negativa. Venir sin ningún tipo de intención no es bueno. Por lo menos deberías sentir: “Yo no quiero, pero lo estoy haciendo”. Entonces tú deberías hacer todo lo que se requiera. Cuando no puedes disolverte en los amigos, haciendo lo que sea necesario hacer, también es un estado maravilloso. De un modo u otro, deberías estar enterado de lo que está pasando en la convención: Yo me incorporo en ella con todos mis pensamientos, deseos y dejo todo lo demás a un lado. Sólo mi punto en el corazón entra en la convención y aparte de eso, no tengo nada más conmigo.
Pregunta: Pero no tengo control sobre eso.
Rav: Es precisamente por eso que nosotros necesitamos la preparación, la cual nos permitirá estar libre de un carga innecesaria. Tú vienes con el fin de ampliar el punto en tu corazón, es decir, de conectarlo con todos los otros puntos. Nadie necesita la “carga” extra que tú tienes. Sólo nuestras chispas deberán brillar en el espacio de la sala de convenciones y nosotros las conectaremos en una sola. Yo no llevo allí la carga de todos mis problemas.
Pregunta: ¿Cómo puedes perderte entre los amigos, disolverte en ellos?
Rav: Tú deberás hacer todo lo que ellos hacen, todo lo que ellos quieren hacer y tratar de añadir tu deseo a estas acciones. En otras palabras, tratas de “vestirte” en el grupo.
Pregunta: ¿Estas acciones físicas influirán en mis pensamientos?
Rav: Por supuesto, los corazones siguen las acciones.
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