Durante uno de los programas previos mencionó que es mejor comenzar un curso de educación integral con la historia del desarrollo del egoísmo y sólo después de eso introducir los cursos de percepción de la realidad y sicología ¿Desde su punto de vista, en qué orden deben ser añadidas esas disciplinas?
Rav: Pienso que esto también depende de las personas que se inscriban. Debemos organizar esos grupos por tipos. Después de todo, una masa de personas tiene sus propias leyes: Un individuo influye en el otro. Algunas veces una persona entre cincuenta podría fácilmente destrozar todo nuestro sistema con sus comentarios y desviar a todos hacia una dirección completamente diferente, ya sea con nihilismo, fanatismo, o algo más. Es decir, principalmente debemos formar grupos de personas considerando quienes son; su visión del mundo en general, su filosofía. Pueden ser simples personas ordinarias, o amas de casa, o ingenieros y trabajadores técnicos, o científicos, o personas relacionadas con las artes. Es por eso que los grupos deben estar organizados de acuerdo al carácter de las personas y su percepción inicial del mundo, incluso cuando esa percepción es impuesta, evocada y acumulada en ellos a través de relaciones distorsionadas en su ocupación, su sociedad, etc. Pero necesitamos tomar esto en cuenta porque ese es el material con el que tenemos que trabajar. Nuestra tarea es llevarlo a un denominador común ya que en última instancia, esperamos que todas esas personas se conecten a través de una base común de conocimiento, sensaciones y entendimiento. Al final tendremos varios prototipos de grupo, los cuales necesitamos llevar a algún tipo de forma común a través del proceso de estudio. Y cada uno de esos grupos tendrá su propio camino hacia ese común denominador. Naturalmente, algunos grupos percibirán el material de estudio más emocionalmente, mientras otros lo harán de forma más árida, científica y técnica. Algunos grupos lo percibirán en el nivel de su desarrollo egoísta, sin elevarse más allá de su actual punto de referencia (aun cuando de ninguna manera estoy menospreciando a esta parte de la humanidad), mientras que otros grupos se esforzarán por el análisis, alcance y realización de este proceso hasta sus últimas consecuencias en ellos mismos y en otros. Es decir, el conjunto de disciplinas debe ser prácticamente el mismo para todos los grupos, pero en diferentes grupos cada disciplina debe ser desarrollada a diferentes niveles de profundidad. Es necesario que un curso siga al otro, con la excepción del que trata del desarrollo del egoísmo, que continuará a lo largo de todo el estudio hasta el final y permanecerá con la persona hasta que complete sus estudios. Luego de que la persona sea “liberada” hacia su vida, no dejará de trabajar con la información que recibió, es decir es como si fuera a continuar con nuestros cursos. Esos cursos son prácticamente eternos porque debemos llegar a una completa unidad con la naturaleza. El trabajo de la persona consigo misma no está restringido a un segmento definido en el tiempo, en el que pasa su examen y eso es todo. Ella está haciendo exámenes en sí misma cada minuto de su vida, encontrando el punto de equilibrio consigo misma, con su entorno y la naturaleza, en la cual siente un completo confort. Necesitamos asistir continuamente con eso a la persona y acompañarla toda su vida a través de los medios masivos, la educación por medio de sistemas virtuales, la televisión y la radio. Es por eso que no puedo mencionar la secuencia exacta en la cual organizar los cursos y hasta qué grado cada uno de ellos debe ser sujeto a elaboración o truncamiento, por ejemplo, un curso de sicología o de mecánica del desarrollo egoísta. Debe haber sólo un resultado: una forma común en cada grupo que inicialmente está compuesto por personas que son más o menos similares en su nivel social, desarrollo y actitud hacia el mundo. Naturalmente, incluso dentro de este marco común, aun deben diferenciarse con base en el nivel de su participación en el proceso integral de soporte mutuo y unificación. Hay grupos menos elevados que participan en algún pequeño nivel de desarrollo egoísta y en consecuencia, un nivel pequeño de desarrollo mental y emocional. Hay grupos más avanzados. Y entonces no podemos excluir la existencia de tales grupos que podrían ser considerados no sólo por su nivel de egoísmo, sino además por su sensibilidad e inteligencia. Tenemos por delante una gran cantidad de trabajo estadístico y de diagnóstico en el análisis y síntesis de todos los grupos. En sí, este es un reto psicológico muy interesante. Pienso que un día este gran campo será incluido en la ciencia de la concordia integral de la humanidad.
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