
- El “99 por ciento”, que se vuelve cada vez más interconectado e interdependiente con cada día que pasa y más limitado en sus vidas. Esto se expresa de manera diferente en todas partes y la misma tendencia surgió solo recientemente, aunque está desarrollándose a gran velocidad.
- El grupo dentro de esta sociedad, es el “uno por ciento”. El grupo interno se diferencia por su deseo de alcanzar el secreto del desarrollo: ¿por qué ocurre esto y con qué propósito? ¿Qué nos está pasando? ¿Cuál es la razón para el proceso actual? ¿Cómo podemos controlarlo, o al menos ir a la par con él? Ahí es donde llegamos a la noción de una “sombra”, que hace que la vida de una persona sea difícil y que lanza sobre él como una carga que se vuelve cada vez más pesada, privándole de interesarse en los placeres habituales. Del mismo modo, la persona que desea avanzar espiritualmente siente pesadez en su comprensión y conciencia y tiene un tiempo difícil para recordar la importancia del camino y de la meta. Todo esto nos sucede para que podamos entender que tenemos que tomar las riendas en nuestras propias manos, y que todas las dificultades son evocadas por la inclinación al mal, que hizo el Creador. La Luz superior nos trae constantemente nuevos problemas y una mayor pesadez para que podamos ver la “sombra” en esto y ascender por encima de ella. Lo que pasa es que cuando uno no se siente Su Providencia, que Él dirige el mundo en la forma del “Buena que hace el bien”, esto se considera como una sombra que oculta al sol. En otras palabras, así como la sombra corporal que tapa el sol no cambia el sol de ninguna manera y el sol brilla en su máxima potencia, de la misma manera aquel que no se siente la existencia de Su Providencia no induce ningún cambio Arriba. La actitud del Creador hacia nosotros sigue siendo la misma, absolutamente bondadosa y es sólo nuestra sensación la que atraviesa cambios para que podamos elevarnos por encima de dudas y preguntas, aceptando continuamente el gobierno del Creador como 100% bondadoso. Cuando completamos un ascenso, se nos envía una sombra mayor, lo que significa una mayor pesadez, confusión, dudas y las espinas entre amigos. Pero sin importar lo que el Creador prepare entre nosotros, debemos recogernos nosotros mismos y entender que todo viene de Él. No existe nadie además de Él. Y por lo tanto, en cada momento tenemos que darnos cuenta Su bondad. Si no completamos el momento actual con la sensación de Aquel que es bueno y hace el bien, entonces no avanzamos, puesto que no pudimos superar aun el grado actual. Por lo tanto, en cada estado, primero debemos experimentar malas sensaciones, confusión y falta de energía para llegar a la lección, una pérdida de interés en el camino y en la unificación con el grupo. Esto sucede constantemente y si no nos concentramos en cada momento, entonces el foco desaparece inmediatamente. Esto se debe a que nuestro deseo egoísta trabaja sin parar, como un contador con ruedas que siempre están en movimiento. Éste “espesa” constantemente nuestro deseo para que nos hundamos más profundamente en la vida de nuestro mundo. Como resultado, si no apoyamos la conexión, si no nos ayudamos unos a otros, si no “nos aferramos con nuestras uñas”, entonces nos dispersamos en todas direcciones. Los grupos se caen a pedazos y de repente no podemos encontrar nada de sus cimientos. Ese es el significado de la “sombra”, la libertad de las obligaciones anteriores, la falta de sensibilidad, que de repente se filtra a través de nosotros como una niebla espesa, que sumerge todo en la oscuridad. Esta sombra oculta de nosotros la meta, la importancia de la unificación y el camino espiritual. Al final, todas las sombras, la externa y la interna, la privada y la general, vienen para que nosotros podamos hacer esfuerzos, trabajar a pesar de ellas y por encima de ellas para revelar la participación, la unificación, la conexión y con el tiempo, al Creador, Aquel que es bueno y hace el bien. Incluso si no vemos con claridad al Creador y Su gobierno, sin embargo, por medio de un análisis con nuestros sentimientos y mente, sin embargo llegamos a esta sensación. Esta es la conclusión del nivel actual en el que nosotros corregimos la inclinación al mal que el Creador nos dio. La inclinación al mal sólo emerge entre las personas que quieren unirse, que tienen la intención de corregir la ruptura. No se revela a las masas, al “99 por ciento”. Ellos no tienen la inclinación al mal. Ellos no están pensando en unirse con los demás con el fin de corregir la ruptura espiritual. Sólo nosotros atravesamos esta corrección, añadiéndola a nosotros.
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