Shamati # 8: “¿Cuál es la diferencia entre la sombra de Kedushá y la sombra de Sitra Ajra?“: Está escrito (Cantar de los Cantares, 2), “Hasta que sople la brisa del día y huyan las sombras”. Debemos comprender qué representan las sombras en el trabajo. El hecho es que cuando uno no siente Su Providencia y que Él dirige el mundo siendo “Bueno y Benefactor”. El gobierno del Creador es absolutamente bueno. Este es el alcance al que debemos llegar. El Creador es inmutable y no estamos esperando que Él cambie de ninguna manera. Está escrito, “Yo no cambio”. Aquel que es eternamente bueno y hace el bien no puede ser diferente. Él es absoluto y Su otorgamiento es constante. La Luz superior está en absoluto reposo y lo llena todo. Sin embargo, nosotros revelamos a Aquel que es bueno y hace el bien al cambiar nuestra percepción para que podamos ir desde el infinito negativo, desde una realidad que parece peor que la muerte, hasta el infinito positivo, el bien mayor y entonces, a pesar de nuestras propias sensaciones, por encima de ellas, sentir que todo es bueno. Esta es la clase de pantalla (Masaj) y percepción que tenemos que adquirir. En el deseo egoísta sentiremos los peores estados posibles, los cuales no podemos ni siquiera imaginar y aún así, por encima de nuestros deseos nos corregiremos a fin de comprender y sentir que esto es lo mejor posible. Ese es el tipo de diferencia que debe abrirse entre nuestras sensaciones en el deseo y lo que revelaremos conscientemente. El Creador no cambia. Él sólo nos envía constantemente estados que se vuelven más difíciles y desagradables, tanto para el cuerpo animado como para el alma, para que por encima de ellos que podamos formar la percepción opuesta, impregnada de otorgamiento y amor. Al llevar a cabo el otorgamiento, precisamente por encima de toda la pesadez, yo revelo la buena voluntad del Creador y llego a identificarme con Él. Así, la persona revela la vida espiritual sólo en el trasfondo de las circunstancias difíciles y malas. De lo contrario, no podría separarse de nuestro mundo y entrar en la espiritualidad. Hoy en día este proceso está tomando proporciones globales. Esto se debe a que hasta ahora nos hemos desarrollado en el egoísmo común, primero de forma lineal, y en los últimos 200 años, de manera exponencial. Sin embargo, el egoísmo aun no nos conectó unos con otros en un todo global e integral. Pero hoy el mundo entero es un grupo, que está desconectado, roto y en la necesidad de corrección. Este grupo se divide en dos partes:
- El “99 por ciento”, que se vuelve cada vez más interconectado e interdependiente con cada día que pasa y más limitado en sus vidas. Esto se expresa de manera diferente en todas partes y la misma tendencia surgió solo recientemente, aunque está desarrollándose a gran velocidad.
- El grupo dentro de esta sociedad, es el “uno por ciento”. El grupo interno se diferencia por su deseo de alcanzar el secreto del desarrollo: ¿por qué ocurre esto y con qué propósito? ¿Qué nos está pasando? ¿Cuál es la razón para el proceso actual? ¿Cómo podemos controlarlo, o al menos ir a la par con él? Ahí es donde llegamos a la noción de una “sombra”, que hace que la vida de una persona sea difícil y que lanza sobre él como una carga que se vuelve cada vez más pesada, privándole de interesarse en los placeres habituales. Del mismo modo, la persona que desea avanzar espiritualmente siente pesadez en su comprensión y conciencia y tiene un tiempo difícil para recordar la importancia del camino y de la meta. Todo esto nos sucede para que podamos entender que tenemos que tomar las riendas en nuestras propias manos, y que todas las dificultades son evocadas por la inclinación al mal, que hizo el Creador. La Luz superior nos trae constantemente nuevos problemas y una mayor pesadez para que podamos ver la “sombra” en esto y ascender por encima de ella. Lo que pasa es que cuando uno no se siente Su Providencia, que Él dirige el mundo en la forma del “Buena que hace el bien”, esto se considera como una sombra que oculta al sol. En otras palabras, así como la sombra corporal que tapa el sol no cambia el sol de ninguna manera y el sol brilla en su máxima potencia, de la misma manera aquel que no se siente la existencia de Su Providencia no induce ningún cambio Arriba. La actitud del Creador hacia nosotros sigue siendo la misma, absolutamente bondadosa y es sólo nuestra sensación la que atraviesa cambios para que podamos elevarnos por encima de dudas y preguntas, aceptando continuamente el gobierno del Creador como 100% bondadoso. Cuando completamos un ascenso, se nos envía una sombra mayor, lo que significa una mayor pesadez, confusión, dudas y las espinas entre amigos. Pero sin importar lo que el Creador prepare entre nosotros, debemos recogernos nosotros mismos y entender que todo viene de Él. No existe nadie además de Él. Y por lo tanto, en cada momento tenemos que darnos cuenta Su bondad. Si no completamos el momento actual con la sensación de Aquel que es bueno y hace el bien, entonces no avanzamos, puesto que no pudimos superar aun el grado actual. Por lo tanto, en cada estado, primero debemos experimentar malas sensaciones, confusión y falta de energía para llegar a la lección, una pérdida de interés en el camino y en la unificación con el grupo. Esto sucede constantemente y si no nos concentramos en cada momento, entonces el foco desaparece inmediatamente. Esto se debe a que nuestro deseo egoísta trabaja sin parar, como un contador con ruedas que siempre están en movimiento. Éste “espesa” constantemente nuestro deseo para que nos hundamos más profundamente en la vida de nuestro mundo. Como resultado, si no apoyamos la conexión, si no nos ayudamos unos a otros, si no “nos aferramos con nuestras uñas”, entonces nos dispersamos en todas direcciones. Los grupos se caen a pedazos y de repente no podemos encontrar nada de sus cimientos. Ese es el significado de la “sombra”, la libertad de las obligaciones anteriores, la falta de sensibilidad, que de repente se filtra a través de nosotros como una niebla espesa, que sumerge todo en la oscuridad. Esta sombra oculta de nosotros la meta, la importancia de la unificación y el camino espiritual. Al final, todas las sombras, la externa y la interna, la privada y la general, vienen para que nosotros podamos hacer esfuerzos, trabajar a pesar de ellas y por encima de ellas para revelar la participación, la unificación, la conexión y con el tiempo, al Creador, Aquel que es bueno y hace el bien. Incluso si no vemos con claridad al Creador y Su gobierno, sin embargo, por medio de un análisis con nuestros sentimientos y mente, sin embargo llegamos a esta sensación. Esta es la conclusión del nivel actual en el que nosotros corregimos la inclinación al mal que el Creador nos dio. La inclinación al mal sólo emerge entre las personas que quieren unirse, que tienen la intención de corregir la ruptura. No se revela a las masas, al “99 por ciento”. Ellos no tienen la inclinación al mal. Ellos no están pensando en unirse con los demás con el fin de corregir la ruptura espiritual. Sólo nosotros atravesamos esta corrección, añadiéndola a nosotros.
- El “99 por ciento”, que se vuelve cada vez más interconectado e interdependiente con cada día que pasa y más limitado en sus vidas. Esto se expresa de manera diferente en todas partes y la misma tendencia surgió solo recientemente, aunque está desarrollándose a gran velocidad.
- El grupo dentro de esta sociedad, es el “uno por ciento”. El grupo interno se diferencia por su deseo de alcanzar el secreto del desarrollo: ¿por qué ocurre esto y con qué propósito? ¿Qué nos está pasando? ¿Cuál es la razón para el proceso actual? ¿Cómo podemos controlarlo, o al menos ir a la par con él? Ahí es donde llegamos a la noción de una “sombra”, que hace que la vida de una persona sea difícil y que lanza sobre él como una carga que se vuelve cada vez más pesada, privándole de interesarse en los placeres habituales. Del mismo modo, la persona que desea avanzar espiritualmente siente pesadez en su comprensión y conciencia y tiene un tiempo difícil para recordar la importancia del camino y de la meta. Todo esto nos sucede para que podamos entender que tenemos que tomar las riendas en nuestras propias manos, y que todas las dificultades son evocadas por la inclinación al mal, que hizo el Creador. La Luz superior nos trae constantemente nuevos problemas y una mayor pesadez para que podamos ver la “sombra” en esto y ascender por encima de ella. Lo que pasa es que cuando uno no se siente Su Providencia, que Él dirige el mundo en la forma del “Buena que hace el bien”, esto se considera como una sombra que oculta al sol. En otras palabras, así como la sombra corporal que tapa el sol no cambia el sol de ninguna manera y el sol brilla en su máxima potencia, de la misma manera aquel que no se siente la existencia de Su Providencia no induce ningún cambio Arriba. La actitud del Creador hacia nosotros sigue siendo la misma, absolutamente bondadosa y es sólo nuestra sensación la que atraviesa cambios para que podamos elevarnos por encima de dudas y preguntas, aceptando continuamente el gobierno del Creador como 100% bondadoso. Cuando completamos un ascenso, se nos envía una sombra mayor, lo que significa una mayor pesadez, confusión, dudas y las espinas entre amigos. Pero sin importar lo que el Creador prepare entre nosotros, debemos recogernos nosotros mismos y entender que todo viene de Él. No existe nadie además de Él. Y por lo tanto, en cada momento tenemos que darnos cuenta Su bondad. Si no completamos el momento actual con la sensación de Aquel que es bueno y hace el bien, entonces no avanzamos, puesto que no pudimos superar aun el grado actual. Por lo tanto, en cada estado, primero debemos experimentar malas sensaciones, confusión y falta de energía para llegar a la lección, una pérdida de interés en el camino y en la unificación con el grupo. Esto sucede constantemente y si no nos concentramos en cada momento, entonces el foco desaparece inmediatamente. Esto se debe a que nuestro deseo egoísta trabaja sin parar, como un contador con ruedas que siempre están en movimiento. Éste “espesa” constantemente nuestro deseo para que nos hundamos más profundamente en la vida de nuestro mundo. Como resultado, si no apoyamos la conexión, si no nos ayudamos unos a otros, si no “nos aferramos con nuestras uñas”, entonces nos dispersamos en todas direcciones. Los grupos se caen a pedazos y de repente no podemos encontrar nada de sus cimientos. Ese es el significado de la “sombra”, la libertad de las obligaciones anteriores, la falta de sensibilidad, que de repente se filtra a través de nosotros como una niebla espesa, que sumerge todo en la oscuridad. Esta sombra oculta de nosotros la meta, la importancia de la unificación y el camino espiritual. Al final, todas las sombras, la externa y la interna, la privada y la general, vienen para que nosotros podamos hacer esfuerzos, trabajar a pesar de ellas y por encima de ellas para revelar la participación, la unificación, la conexión y con el tiempo, al Creador, Aquel que es bueno y hace el bien. Incluso si no vemos con claridad al Creador y Su gobierno, sin embargo, por medio de un análisis con nuestros sentimientos y mente, sin embargo llegamos a esta sensación. Esta es la conclusión del nivel actual en el que nosotros corregimos la inclinación al mal que el Creador nos dio. La inclinación al mal sólo emerge entre las personas que quieren unirse, que tienen la intención de corregir la ruptura. No se revela a las masas, al “99 por ciento”. Ellos no tienen la inclinación al mal. Ellos no están pensando en unirse con los demás con el fin de corregir la ruptura espiritual. Sólo nosotros atravesamos esta corrección, añadiéndola a nosotros.
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