De
hecho, es muy difícil, no hay ningún problema más grande que sentir el
amor del Creador; éste simplemente rompe a la persona. Así que tenemos
que estar equipados de antemano con la vasija para que el alcance del temor, al trabajar con los amigos en el grupo por medio del desarrollo de la garantía mutua. Es por esta razón que la vasija se
rompió en varias partes y nosotros tenemos que juntarlas de nuevo en
contra de su voluntad. Éstas se resisten y no desean conectarse.
Entonces, a medida que se adhieren entre sí, nosotros adquirimos el
atributo del temor del Creador. Al trabajar con los amigos en la conexión entre nosotros, alcanzamos el temor del Creador. Esto es lo que debemos agregarle a la
creación por nosotros mismos y para esto vivimos. Toda la creación ya
existe y lo único que falta en la tesorería del rey es el temor del
Creador. Esta misión está registrada en nuestras Reshimot (genes
espirituales), al comenzar a cumplirla, descubrimos que vale la pena
estar en el atributo de otorgamiento, que tenemos que vivir en temor.
Yo tengo que temer y comenzar a disfrutar de mi otorgamiento para que sea completamente externo a mí y para que nada vuelva a mí. Incluso si yo otorgo, sé a quién y
cuánto le otorgo, al hacer un cálculo exacto, yo no necesito sentir
ningún tipo de compensación. Yo no quiero sentir ningún placer en ello,
sino sólo la acción real. Entonces decido que yo también quiero sentir
placer y la acción misma, pero le transmito todo esto a aquel a quien le
otorgo. Esto continúa hasta alcanzar la fase cuatro, que es la última
fase, el otorgamiento completo.
Todo está ya completo en la creación,
excepto por aquello que la persona tiene que añadir, que es el temor.
Imaginen que ustedes ahora están en un gran mundo que es totalmente
oscuro. Tienen que encender la luz que está hecha de su temor y con eso
ustedes iluminan toda la creación. Este temor es de no recibir placer de mi
otorgamiento, del hecho de que yo pueda manejar la realidad en vez del
Creador, de mi cercanía con Él, de los placeres que Él me da y del
hecho de que de repente descubro que soy la persona más importante en el
mundo. El Creador viene a mí y me dice: “¡Yo te
he escogido de entre todas las personas! No hay nadie como tú. Eres el
único ser humano en toda la creación, en toda la realidad”. Tú tienes
que estar preparado para aceptar esta actitud que puede hacer que la
persona explote y no puedes ser sobornado por él. Tú has sido manejado para darle contento
al Creador y sentir el contento que estás dándole a Él. Cada uno
sentirá que es especial en su momento y que allí afuera no existe nadie
además de él. Así que tenemos que prepararnos para eso a fin de recibir
esta revelación, la adhesión. Aquí se hace evidente que nunca
recibiremos nada en las vasijas de recepción y que tenemos que anularlas
por completo. La vasija del temor anula las vasijas de
recepción y se enfoca totalmente en el Creador, como un proyector.
Entonces ustedes empiezan a trabajar con las vasijas de otorgamiento en
las cuales se revelan enormes Luces; tú te mudas al otro lado y te
conviertes en la persona que otorga en vez de ser la persona que recibe:
Tú otorgas, otorgas, otorgas. Es como si el Creador te nombrara el
administrador de su tesoro para que se lo otorgues a todos. Resulta que
ahora que tú apareces ante los seres creados en vez del Creador. Imagina
cuanto placer hay en esto por parte de aquel que otorga, quien tiene la
oportunidad de otorgarle bondad a todos. Este ya es el verdadero
trabajo, y a partir de este punto comienza el trabajo con los verdaderos Masajim (pantallas)
cuando tú te vuelves como el Creador con respecto al mundo entero. El
temor nunca desaparece; éste te acompaña constantemente al igual que la
base del deseo de recibir, la cual permanece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.