En este caso, esta debe cumplir con todas las condiciones espirituales acerca de las cuales escribió Rabash:
anularse a sí mismo, conexión entre nosotros por encima de nuestro
egoísmo, renunciar al egoísmo, ascender en la unidad con los amigos,
etc. Estas condiciones se vuelven más
comprensibles con cada día que pasa, ya sea desde un punto de vista
positivo de lo que ya llevamos a cabo, o desde un punto de vista
negativo, de lo que no hemos hecho todavía. Al ver que esto comienza a
manifestarse entre nosotros de forma positiva o negativa, nos hacemos
conscientes del mal que no nos permite unirnos entre nosotros. Estamos
avergonzados de ello porque, por un lado, no podemos tratar con él,
pero, por otro lado, no queremos tolerarlo. Es por eso que realmente
necesitamos salir, pero este es sólo un medio para conectarnos
internamente. Si no hay tal unidad dentro de nosotros,
no lograremos nada y salir será inútil. Nos volveremos como diversas
organizaciones espirituales, místicas, psicológicas, que hacen negocio
con sus enseñanzas y se dedican a todo tipo de entrenamientos. Nada
saldrá de esto porque el resultado será el mismo que el de ella, y tal
vez incluso peor, porque aun así nosotros pertenecemos a un movimiento
espiritual y por lo tanto deberíamos sentir con más fuerza nuestro mal
comportamiento.
Todas las demás organizaciones pierden
lentamente sus posiciones; ellas están perdiendo fuerza y
oportunidades, su influencia sobre las masas está desapareciendo,
porque la humanidad está cambiando. Se requiere cada vez más unidad para
superar todos los tipos, formas de crisis y ningún entrenamiento
puede proporcionarla. Nosotros tampoco podemos dar nada si nuestras
actividades no provienen desde el centro del grupo, de nuestra unidad. Incluso las personas que trabajan de
forma independiente (quienes difunden libremente) deben obtener el apoyo
del grupo. Esta es la forma de su existencia personal que les da la
oportunidad de difundir como una profesión, de ganarse la vida. Pero el
éxito de cada uno depende sólo de cuán conectada esté la persona con el
grupo y cuán precisamente busca la meta de la unidad en todas sus
actividades de difusión. Nosotros estamos conectados. Realizamos
todo tipo de acciones de difusión en el mundo entero y en eso dependemos
unos de otros. Si algunos grupos o personas individuales no sienten o
no entienden que hacen esto en aras de la unidad, entonces, ellos les
causan un gran daño a los demás, como una parte del cuerpo que no
funciona al unísono con el resto de órganos. Es por eso que todos debemos perseguir
la misma meta: la unidad. Lo más importante para nosotros es nuestro
grupo. La crisis y las condiciones externas han sido creadas para que
nos solidaricemos con el sufrimiento del mundo que nos rodea, esto nos
obliga a unirnos aún más y a alcanzar el primer grado de ascenso.
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