Existen adversidades en la vida en las que la persona se encuentra sin
dinero, sin amigos y no existe nadie hacia quien voltearse. Imaginen
que están indefensos y completamente dependientes de otros, como mineros enterrados en la tierra. Si alguien no se preocupa por ustedes desde arriba, están condenados. Esto que es lo que debemos sentir:
dependencia desesperada de los amigos. Sin ellos, no sobreviviremos, ni
alcanzaremos la meta, tampoco seremos capaces de sostenernos a nosotros
mismos. Todo se reduce a un miedo corporal y bestial que fuerza a la
persona a valorar la Arvut (garantía mutua). Un nuevo sistema está revelándose ante
nosotros, en el cual dependemos totalmente unos de otros. ¿Entonces qué
les nos garantizamos? Nosotros les garantizamos el oxígeno y todo lo que
mantiene la vida. Esta sensación depende de la medida en
la que cada uno esté tratando de conocerla. Después, mientras ascendemos
los peldaños espirituales, sentiremos descender esta dependencia a cada
uno de los huesos, en cada respiro que tomemos, como buzos que tienen
solo un tanque de oxígeno y están respirando por medio de un tubo que se
pasan unos a otros. Esto es garantía mutua (Arvut). Después de todo, estamos “atados” en el alma colectiva,
excepto que todavía no la vemos. Pero gradualmente, el Creador nos
revela el verdadero estado de las cosas: El remueve el ocultamiento.
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