Pero debido a un error, el concepto se había corrompido
hasta que incluso los buenos de esa generación no tuvieron la
posibilidad de unirse entre sí para servirle al Creador. Más bien,
fueron individuos aislados. La corrección
de esta comenzó en la generación de la dispersión, la cual hizo una
división en la especie humana. Esto significa que la corrección comenzó
con la reunión y asociación de las personas para el servicio al Creador,
empezando desde Abraham, la paz esté sobre él”. El deseo de recibir debe alcanzar la
corrección y asemejarse a la característica de otorgamiento, es decir,
al Creador, cuyo deseo es beneficiar a las criaturas. El deseo de recibir será como el Creador a través de la intención.
Este no puede cambiarse a sí mismo y seguir siendo un deseo de placer.
Pero como resultado del proceso, todo su placer está en el otorgamiento.
Él avanza en esta dirección. La corrección comienza desde el estado desarrollado, desde la etapa avanzada de la extensión de las cuatro fases de Ohr Yashar
(Luz Directa), cuando el deseo ya se siente a sí mismo, siente su
recepción. Es consciente de que está recibiendo, entiende que él es lo
opuesto al dador y la sensación de esta diferencia despierta vergüenza
en él. Entonces, la corrección no comienza inmediatamente. Adam,
el primer cabalista, fue aquel en quien esta se despertó. Al igual que
nosotros, él hizo preguntas sobre el sentido de la vida: “¿Para qué es
todo esto? ¿Por qué? ¿Cómo?”, llegó al descubrimiento de la Luz Superior. Los deseos eran débiles y pequeños en
ese entonces, a lo cual le llamamos refinados. Las correcciones
también eran diferentes a nuestras correcciones. De hecho, el deseo de
recibir no sólo creció, sino que además se dividió en muchas partes. No
se trataba sólo de que la población de Babilonia
no fuera grande. El número de seres humanos en el mundo nos habla de
cuánto ha crecido el deseo de placer y de que necesita ser dividido, de
manera que todos tengan el poder para corregir su parte. Hubo diez generaciones entre Adam
y Noé, entre Noé y Abraham, quienes llevaron a la corrección de
manera diferente, querían añadir a este proceso a todas las personas
en el mundo que todavía estaban concentradas en un área. Como sabemos, Abraham reunió a su alrededor a todas las personas que querían unirse con él y las sacó de Babilonia. En su mayoría, no existen diferencias
significativas desde la antigüedad hasta nuestros días: no en esencia,
ni en las etapas del proceso. Por supuesto, cada uno siente su único
camino a través de su Reshimo individual.
Pero, en general, todas estas correcciones son llamadas el “servicio
del Creador,” o el trabajo “en aras del Creador”, que nos corresponde a
nosotros. Así, en la época de Abraham, parte de los babilonios comenzaron a separarse de los demás y se llamaban a sí mismos, Yashar El
(directo al Creador), Israel, de acuerdo a su inclinación, a su meta.
Cuando se unieron, ellos atravesaron varios estados de conexión en
niveles más o menos fuertes, etapas del análisis, en los niveles de
Abraham, Isaac y Jacob. Después de eso, se encontraban en el
bajo estado del exilio de Egipto, y sentían cómo había crecido nuevo
nuevamente y los dominaba su ego, casi como había ocurrido en Babilonia.
Pero ellos ya se relacionaban de forma diferente con su dominio.
Querían salir de su dominio y en ese momento casi habían desaparecido,
fundiéndose tanto en éste que casi los había tragado. Este era un peligro real, las “49
Puertas de impureza”, un estado casi sin solución. Y a pesar de todo
esto, con su última energía, con la ayuda de la fuerza que había entre
ellos llamada “Moisés”, tuvieron éxito en la oscuridad, bajo una
sucesión de golpes, para despertar tanto “en el bien” como “en el mal”,
huir del dominio del ego y elevarse por encima de él. Esto es llamado el “éxodo de Egipto”,
ellos se elevaron por encima del ego y se sintieron atraídos hacia el
desarrollo. Sin embargo, el ego no desapareció, sino que ellos mismos lo
controlaron. Este control del ego e incluso la
posibilidad de utilizarlo correctamente para el bien del otorgamiento,
se llama “Torá”. El exilio de Egipto, el descenso a los abismos del
narcisismo que se descubrió, en última instancia, les proporcionaron
esta capacidad. Después de esto comenzó el período del
desierto, donde ellos ajustaron el ego y lo corrigieron con
otorgamiento en aras del otorgamiento, llenándolo de Jafetz Jesed
(deleite en la misericordia). A pesar de no tener nada, dado que
estaban en un terreno baldío, ellos pasaron de deseo en deseo y
descubrían cada vez el mal lo corregían. La Torá nos habla de este periodo y nos
explica cómo debemos corregir el ego, elevarnos por encima de él y
controlarlo. Pero este es sólo el control en el primer nivel:
otorgamiento en aras del otorgamiento.
Y así, con el ascenso de Maljut a Bina, después de los “cuarenta años en el desierto”, finalmente estuvimos listos para corregir Maljut.
Este ya era el nivel llamado la “entrada a la tierra de Israel”.
Continuamos con las correcciones y las guerras, la conquista de la
tierra, hasta que el pueblo de Israel dominó la tierra de Israel. Pero con esta corrección no había
terminado. Sólo se terminó su primera etapa, que había continuado desde
Abraham hasta la construcción del Primer Templo (Beit HaMikdash). Esta
fue la corrección sólo de aquellas personas que habían salido de
Babilonia, una pequeña parte de la humanidad. Pero la corrección general
que Adam ha Rishón había comenzado no había sido realizada. Así que con el fin de continuar el
proceso, el grupo de Abraham que se había convertido en el pueblo de
Israel, tuvo que romperse y entrar en contacto, en conexión, con todo el
resto de estos deseos, de estas partes de la humanidad llamadas las
“setenta naciones del mundo”. Mientras tanto, ellos fueron esparcidos
por todos los lugares de la Tierra; en otras palabras, de ser
controlados por el ego, pasaron a todo tipo de control, crearon
religiones y creencias, y despertaron diversas fuerzas que actuaban
sobre ellos. Así, la nación de Israel no sólo tuvo
que caer de su nivel, sino que además tuvo que ser esparcida entre todos
los pueblos, entre todas las fuerzas, controles y métodos, para
integrarse con ellos e integrarse en ellos. La destrucción del Segundo Templo
simboliza la caída final del pueblo de Israel en el odio infundado que
era peor que el que había entre todas las naciones del mundo, debido a
que casi perdieron la conexión entre ellos, la característica del pueblo
de Israel y la pertenencia a la tierra de Israel. De hecho, sólo su
orientación general, sólo su necesidad de hacer la corrección en
beneficio del futuro, es lo que los mantenía juntos de alguna forma. Después de eso, la integración con el
mundo había terminado, y ahora comenzaba de nuevo el despertar. En
primer lugar, el pueblo de Israel entró en la tierra de Israel. Después
de esto se corrigieron a sí mismos de ser un grupo pequeño para
convertirse en todas las personas que habitan en Sión, después de eso el
pueblo de Israel fue dispersado por toda la Diáspora y después fue
dispersado gradualmente por el mundo entero. Todo ocurre de manera gradual, de acuerdo al refinamiento de las vasijas, deseos y a la integración de las Reshimot que
se mantuvieron desde el momento de la ruptura. De hecho, aquí no hay
nadie que sea superior y nadie que sea inferior. Esto lo vemos en lo
material sólo en función de la intensidad del deseo de recibir y de las Reshimot que se despertaron dentro de él. Ellas están bajo la influencia de la Luz
que las despierta en consecuencia. Todas las correcciones se
mantienen desde la corrección de más ligera a la corrección más pesada.
Así es como ocurre el desarrollo.
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