El punto es que queremos resolver el problema mediante el uso de la
fuerza, por medio de la acción militar. Pero esto no funcionará porque
nuestros enemigos son lo suficientemente fuertes y tienen dinero y armas
suficiente como para enfrentarse a nosotros. Pensamos que somos más
fuertes, dado que tenemos cohetes de gran alcance armados con cabezas
nucleares. Pero no podemos usar las armas que tenemos en estas
condiciones. Toda guerra tiene sus propias reglas y la reacción tiene
que ser acorde a la amenaza.
Además de eso, no vivimos en un vacío.
El mundo interviene en nuestras acciones y de alguna manera las
Naciones Unidas, Europa, los países árabes, Rusia, y otros países están
empezando a tratarnos cada vez más negativamente. Debemos entender que el curso de los
acontecimientos no está a nuestro favor y que el tiempo trabaja contra
nosotros: ya sea que encontremos una solución o no. Teníamos la
esperanza de que nuestros enemigos entendieran finalmente que deben
vivir en paz con nosotros y aceptar nuestra existencia, pero vemos que
esto no está sucediendo. El Islam es cada vez más duro y fuerte. Los islamistas fundamentales están
haciéndose más fuertes en Siria, Irak, Rusia, Europa, América y ahora
están representados en las Naciones Unidas. Turquía también es cada vez
más islamista. Solíamos pensar que con el tiempo, la actitud hacia
nosotros mejoraría, pero vemos que es todo lo contrario. El mundo entero está avanzando hacia la
liberalización, la integración y está cada vez más unificado, y más
suave. Al mismo tiempo, los islamistas están acumulando cada vez más
poder y están avanzando hacia un mayor extremismo. Lo que nos habla la
Torá acerca de Ismael ha llegado: “Su mano está en todo y la mano de
todos está en él”. Ahora estamos en el tiempo de la corrección general. Debemos entender que este estado es
irracional y no puede explicarse lógicamente. Por un lado, existen hoy
las condiciones adecuadas para una buena vida, especialmente en los
países árabes, pero ellos siguen insistiendo en proseguir con su guerra
contra los judíos en todo el mundo y especialmente, contra el estado de
Israel. No tenemos otra opción, sino recurrir a nuestras fuentes con el
fin de averiguar las razones para ello. Después de todo, el Islam y el
cristianismo se derivan de la misma fuente y de aquí es de donde reciben
la fuerza para el antisemitismo. Ha sido así a lo largo de la historia
hasta nuestros días. Debemos entender que se trata de ayuda en nuestra
contra y está destinada a empujarnos hacia la corrección. Siempre ha habido conflictos entre el
islam, el cristianismo, el judaísmo y en la actualidad la situación es
aún peor. Nuestros aliados están abandonándonos y tomando el otro lado.
Ellos están cambiando su actitud hacia los judíos y hacia el estado de
Israel. Estamos siendo testigos de una clara inclinación a colocar los
judíos en contra de todas las religiones y todas las otras naciones,
pero esto sucede en realidad con el fin de llevarnos a la corrección. Todas estas religiones atraen su fuerza de la Torá
y también nosotros debemos recibir nuestro poder de ella. La única
solución es la conexión entre nosotros con el fin de convertirnos
verdaderamente en la nación de Israel.
Si nos unimos como una nación, podemos pararnos contra el mundo entero y
resolver todos sus problemas. Pero si no lo hacemos, nos ahogaremos,
perderemos nuestro poder y estaremos en las manos del enemigo. Nuestra
única arma es la unidad.
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