No hay complejidad, misticismo o religión en ella. Estudiamos la ley
más esencial de la creación, que es el descubrimiento de la fuerza más
elevada, de la más alta energía. Es más elevada porque de acuerdo a su
categoría, incluye dentro de sí a todo el resto de las fuerzas.
Al igual que todas las ciencias que se
dedican a descubrir las características de la naturaleza, la sabiduría
de la Cabalá también está involucrada en el descubrimiento, pero sólo de
su característica esencial, que es esta fuerza universal. Nosotros estudiamos de qué manera se
revela ésta en nuestro mundo y cómo tuvieron éxito los cabalistas en
descubrirla a través de su anhelo por entender que el mundo está
fragmentado y debe conectarse en completa armonía. A través de su anhelo
por la armonía del mundo, ellos comenzaron a entender que la fuerza de
unificación está ausente en nuestro mundo. La primera persona que descubrió esta fuerza hace 5.774 años fue Adam quien entendió que el mundo existe gracias a la fuerza única que une todos los componentes de la creación. El siguiente gran cabalista fue Abraham. Él no descubrió sólo la Fuerza Superior, su revelación, como Adam
y las diez generaciones de estudiantes que vinieron después de él, sino
el movimiento, la evolución de la naturaleza. Abraham entendió la razón
de la evolución que necesariamente condujo a Adam a descubrir
la fuerza superior, la revelación de la fuerza dentro de él para ser
como ella, es decir, para elevarse a la altura del más alto nivel de
alcance y desarrollo. Todos los niveles, el inanimado,
vegetativo, animado, y sobre todo el hombre, que existen dentro de las
tres categorías anteriores, están dirigidos hacia esto, con el fin de
llevar a la humanidad a la necesidad de unirse bajo la influencia de dos
fuerzas opuestas. Una de ellas es la fuerza egoísta,
negativa que distancia unas personas de otras. La segunda es la fuerza
positiva, altruista que puede ser revelada para ayudar a unirlos a
todos. Cuando estas dos fuerzas se revelan
gradualmente cada vez más, la persona comienza a trabajar. Ella las
encierra en sí misma, cambia y entiende la mutualidad de ellas. Al
encontrarse entre ellas, las maneja como dos riendas al construirse a sí
misma y por lo tanto se eleva cada vez más alto hacia la realización
completa de las dos fuerzas dentro de ella. Este es todo el desarrollo del hombre,
su evolución. Esto es específicamente lo que descubrió Abraham y por lo
tanto su método es evolutivo. Fue descubierto durante la crisis que
experimentó la humanidad en la antigua Babilonia. Las próximas generaciones de cabalistas descubrieron más profundamente lo espiritual. En primer lugar, se descubrió la Shevirá
(ruptura) de un deseo humano en un inmenso número de deseos
particulares que existen en cada uno de nosotros y la forma de
conectarlos. Nosotros todavía no sentimos eso, ni
vemos el deseo interno de cada uno, en qué manera podemos utilizarlo, en
qué tipo de combinación, ni cómo ver ese patrón dentro del cual estamos
conectados al completarnos unos a otros. Cada uno de nosotros es
versátil, y en cada aspecto de nuestra naturaleza multifacética y sus
características, sus gustos, es necesario llevarse bien con los demás de
forma muy precisa. Resulta que se creó un sistema de
n-dimensiones, en el que cada uno los completa a todos absolutamente y
nadie puede estar por fuera de este sistema. Sólo entonces, cuando
todos los fragmentos egoístas separados comiencen a anhelarse y a
conectarse entre sí, empezarán a buscarse por sí mismos dentro de este
sistema. Al moverse unos hacia otros, con
dificultad, ellos mismos se encontrarán utilizando la fuerza superior
general. Nosotros nos volvemos hacia ella, de tal forma que ella realice
estos movimientos sobre nosotros. Queremos estar más cerca, pero no
sabemos cómo. Bajo la influencia de la más alta fuerza, comenzamos a
percibir y a entender esto. Qué se requiere de nosotros, en suma, este
es un deseo que podemos crear juntos unos en los otros, al mostrarnos
un ejemplo de cuanto deseamos esta cercanía y unidad. Aparte de un deseo y anhelo por la
unificación, no necesitamos nada. La fuerza superior lleva a cabo la
segunda mitad del trabajo, por lo cual es llamado el medio Shekel.
Esto significa que yo tengo que darla primera mitad y el Creador da la
segunda mitad. De mi parte, sólo se requieren anhelo, deseo y que
este deseo sea correcto en un grado particular. Será correcto si yo
mantengo en el grupo las reglas de la comunicación. Entonces,
invitaremos a la fuerza de unificación, terminaremos el trabajo, nos
infectaremos y la descubriremos dentro de nosotros.
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