Si una persona quiere alcanzar el mundo
espiritual, debe estar pensando en sumergirse profundamente dentro de la
red que la conecta con los otros amigos y con toda la humanidad. Solo a
través de esta red podemos ser dirigidos hacia el Creador en
intenciones y acciones. Es por esto que yo busqué esto para que
entre en sus mentes y sensaciones, de tal forma que sientan que es
posible y que nuestra unidad, en cierta medida, ya está apareciendo
entre nosotros. Estamos trabajando con deseos. Estos son
muy similares, muy cercanos unos de otros. Quítense ustedes mismos las
características externas y los rasgos de personalidad de los amigos,
porque cuando empiezan a trabajar internamente con una persona estas
cosas no tienen ningún significado.
¿Qué podemos hacer para que con
cualquier pensamiento sobre la espiritualidad, cada uno de nosotros
piense a través del grupo y no desde sí mismos personalmente? ¿Cómo
podemos acostumbrarnos nosotros mismos a hacer esto? Este es nuestro
problema más grande. Sin embargo, en esta convención ya
empezamos a darnos cuenta de que la espiritualidad se alcanza a través
de la interconexión general. Nosotros creamos y construimos el mundo
espiritual. No hay mundos más elevados. Existe una fuerza potencial que
es llamada Atzmutó, la esencia inalcanzable del Creador. Tan
pronto como creemos el sustrato correcto entre nosotros, esta fuerza
instantáneamente se manifestará con todos sus elementos. Por lo tanto, lo más importante para
nosotros es darnos cuenta de que la espiritualidad existe dentro, en la
conexión entre nosotros y desde allí el Creador ya está al alcance.
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