Al principio, esta frase es completamente abstracta porque sólo la leo en un libro. Pero más tarde se vuelve cada vez más
cercana a mí y veo que “No existe nadie más aparte de Él” en todo lo que
sucede a mi alrededor, en todas las personas que conozco y en todos los
eventos. El Creador está oculto detrás de todo eso, Él y nadie más. “No existe nadie más aparte de Él” en
mis pensamientos significa que es Él quien pone esos pensamientos en mí,
y yo sólo los siento. Cuando se trata de cómo percibo y reacciono yo a
esos pensamientos, aquí también “No existe nadie más aparte de Él”. ¿Yo tomo la decisión de cómo reaccionar?
¿Hay algo en mi reacción que venga de mi propio yo, o sólo está “No
existe nadie más aparte de Él?” Al profundizar cada vez más en esas
cuestiones, llego a la adhesión con Él. Si en realidad está el “No existe nadie
más aparte de Él” en cualquier estado, en cualquier lugar, en cualquier
pensamiento, o en cualquiera de mis supuestas decisiones o acciones,
significa que todo está determinado por el Creador. En esencia,
simplemente estoy descubriendo que Él lo decide todo y yo sólo tengo un
punto a partir del cual puedo establecer que en cualquier lugar, en
todo, el Creador es el que está operando. Así es como revelo que estoy
completamente adherido a Él. Esforzarnos en aferrarnos constantemente
a “No existe nadie más aparte de Él” y descubrir al Creador en cada uno
de nuestros pensamientos y deseos, en corazón y mente, nos lleva a la
adhesión con el Creador. De nosotros no se requiere nada más, esto es lo
más importante. Simplemente necesitamos entrenarnos para esta actitud
en toda nuestra vida diaria. ¿Cómo debe uno trabajar con el
ocultamiento, con el hecho de que existo yo, existe la fuerza superiory
el ocultamiento que hay entre nosotros? ¿Cómo debo relacionarme con
este ocultamiento?. En esencia, el ocultamiento surge de mis
propios deseos que están destinados a revelar al Creador. Si no
estuvieran destinados a revelar al Creador, entonces no sentiría
ocultamiento dentro de ellos. En general, ni siquiera los sentiría como
relacionados con el Creador. Existen muchos deseos muy grandes, los
cuales por el momento permanecen latentes dentro de mí, sin manifestarse
de ninguna manera. Pero en esos deseos donde conscientemente siento el
ocultamiento del Creador, tengo la posibilidad de revelarlo a Él primero
y antes que nada, bajo la condición de trabajar con ellos
correctamente. Este ocultamiento es el estado que precede a la
revelación. De esto se deduce que el principal
ocultamiento ocurre justo en el principio de “No existe nadie más aparte
de Él”, forzándome a atribuirme acciones a mí mismo o a los demás. En
correspondencia, divido la realidad en mi propio yo y el mundo que hay a
mi alrededor.
Sin embargo, si atribuyera todas las
acciones que están en mi mente, razón y el mundo circundante inanimado,
vegetativo, animado y humano al Creador, entonces sentiría a la Shejiná (Divinidad)
corregida. Sólo el punto desde el cual veo que todo lo hace el Creador
es llamado el punto de restricción, el punto de mi “yo”. Sin este punto no hay criatura, sino que
todo lo demás, excepto este punto, le pertenece al Creador. Dentro de
mí veo “No existe nadie más aparte de Él”, y todo a mi alrededor “No
existe nadie más aparte de Él”, entonces revelo que en realidad “No
existe nadie más aparte de Él”. No es para nada difícil. Simplemente
necesitamos reforzarnos unos a otros en esta intención. Si están de
acuerdo, entonces firmemos el contrato de garantía mutua. No hay
necesidad de nada más. Este principio de “No existe nadie más
aparte de Él” es lo único que necesitas implementar. Realizamos muchas
acciones en este mundo, pero todo eso es simplemente con el fin de
ayudarnos a aferrarnos a esta intención de “Nadie más aparte de él” a
través de cualquier actividad. No hay nada más que necesitemos hacer
además de eso.
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