Si, por
ejemplo, alguien me lastima o me hace enojar, reacciono en
correspondencia, pero después recuerdo “Oh, pero esto vino del Creador.
Bueno, dado que viene de Él, entonces está bien”. Cómo podemos llegar a tal estado en el
que reaccionemos hacia el amigo con el mismo asombro que hacia el
Creador, “¡Oh, pero este es mi amigo!”
Dr. Laitman:
Esto es incorrecto. No podemos alcanzar al Creador, y es por eso que
ustedes dicen, “Oh, ok”, reafirmándose y estando de acuerdo con todo lo
que sucede, Esto es complacencia, como dicen, “Opio para las masas”.|En realidad, debe haber alcance del
absoluto perfecto. Cuando realmente entienden, sienten, y alcanzan al
Creador, entonces su acuerdo con Él adquiere una fuerza real. Hasta entonces, continuarán consolándose
con “No hay nada qué hacer. El Creador es…” Como escriben en las
pólizas de seguros, “Impacto de rayo; nada pudo hacerse ¿Quién es el
culpable? Es una fuerza extraña”.
Pregunta: ¿Tal vez hay una carencia de análisis aquí?
Dr. Laitman: ¡Es sólo una falta de alcance! Este no es un asunto de la mente, sino de los órganos de alcance, de los Kelim (vasijas). Es necesaria una reacción correcta.
Primero y antes que nada, necesitamos
exigir que quede claro qué está sucediendo. Exijan, no acepten
simplemente, dado que, a través de eso, sólo pulen por encima todo lo
que Él está haciendo con ustedes. Él quiere retarlos a una sensación
mutua seria, a una aclaración, pero ustedes preventivamente aceptan,
“No, no, no hay necesidad de eso; todo está bien”. ¡Exijan aclaraciones del Creador!
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