
Del prefacio: “Al estudiar las redes sociales de manera más profunda, comenzamos a pensar en ellas como una especie de superorganismo. Ellas crecen y evolucionan. Todo tipo de cosas fluyen y se mueven dentro de ellas. Este superorganismo tiene su propia estructura y funcionamiento, y nos obsesionamos con entender ambos. “Vernos como parte de un superorganismo nos permite entender nuestras acciones, elecciones, y experiencias bajo una nueva luz. Si somos afectados por nuestra inmersión en las redes sociales o influidos por otros que están ligados de cerca o de forma distante con nosotros, necesariamente perdemos algo de poder sobre nuestras propias decisiones. Tal pérdida del control puede provocar reacciones especialmente fuertes cuando las personas descubren que sus vecinos o incluso extraños pueden ejercer influencia en comportamientos y resultados que tienen matices morales y repercusiones sociales. Pero la otra cara de este descubrimiento es que las personas pueden trascenderse a sí mismos y a sus propias limitaciones. En este libro, argumentamos que nuestra interconexión no sólo es una parte de nuestras vidas natural y necesaria, sino una fuerza del bien. Justo como los cerebros pueden hacer cosas que ninguna neurona por sí sola puede hacer, así las redes sociales hacen cosas que ninguna persona puede hacer por sí sola. Por décadas, incluso por siglos, las serias preocupaciones humanas, tales como si una persona muere o vive, si será rica o pobre, o si actuará de manera justa o injusta, han sido reducidas a un debate acerca de la responsabilidad individual en contraste con la responsabilidad colectiva. Los científicos, filósofos y otros que estudian la sociedad se han dividido en general en dos campos: aquellos que creen que los individuos tienen el control de su destino, y los que creen que las fuerzas sociales (las cuales abarcan desde la carencia de una buena educación pública hasta un gobierno corrupto) son responsables de lo que nos sucede. Sin embargo, creemos que falta un tercer factor en este debate. Dada nuestra investigación y nuestras diversas experiencias propias de la vida, desde reuniones con nuestras parejas hasta reuniones con los demás, desde el cuidado de enfermos terminales hasta la construcción de letrinas en las aldeas pobres, creemos que nuestras conexiones con otras personas importan mucho y que al vincular el estudio de los individuos con el estudio de los grupos, la ciencia de las redes sociales puede explicar mucho acerca de la experiencia humana. Este libro se centra en nuestras relaciones con los demás y cómo afectan las emociones, el sexo, la salud, la política, el dinero, la evolución y la tecnología. Pero sobre todo, se trata de lo que nos hace específicamente humanos. Para saber quiénes somos, tenemos que entender cómo estamos conectados.
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