Opinión de Gordon Brown, ex primer ministro del Reino Unido): La política le ganó la partida a la sensible economía este verano en Estados Unidos, cuando el congreso y Barack Obama no pudieron ponerse de acuerdo en los impuestos, beneficios públicos, déficit, o en estímulos a las inversiones. “Como resultado, pocas personas ponen en duda hoy en día que el mundo está a la deriva, sin liderazgo y sin timón, dirigiéndose a una segunda recesión. El debate previo al verano acerca de si afrontamos un nuevo estándar “normal” de crecimiento menor ha sido resuelto: nada parece normal ahora. El tratar de salir del paso ha fracasado. Incapaz de concluir un tratado de comercio global, un acuerdo acerca del cambio climático, un pacto de crecimiento, es probable que el mundo descienda hacia un nuevo proteccionismo de devaluación competitiva, guerras de tipos de cambio, restricciones al comercio y control de capitales. Pero no es momento de derrodismos. Los países que aseguran haber llegado al límite de lo que pueden hacer en realidad quieren decir que han llegado al límite de lo que pueden hacer por sí solos. La vía de avance hacia el desarrollo sostenido no es a través de una ráfaga de iniciativas nacionales únicas, sino a través de una política de coordinación global. Entonces, primero, debemos restaurar la visión amplia de cooperación global contenida en el pacto de desarrollo del G-20. El G-20, que representa el 80% de la producción mundial, se constituyó en el 2009 como el único órgano multilateral capaz de coordinar la política económica global. Por desgracia, sus estados miembros pronto abandonaron ese objetivo y lo olvidaron en favor de las soluciones nacionales. Como era predecible, actuar solos ha probado ser inútil respecto a garantizar la recuperación económica. Ha llegado de nuevo el turno del G-20″.
Mi comentario: Esto no ayudará, como no lo hizo en el pasado, hasta que hagamos lo siguiente: Determinar que el egoísmo en nosotros es el responsable de todos los fracasos.
Establecer que la humanidad debe llegar a una cooperación completa y llegar a ser parte de una naturaleza unificada; Determinar que nuestro camino hacia la unidad y hacia el equilibrio con la naturaleza se realiza al educar a la humanidad sobre las leyes de la cooperación total.
¿Quién hará todo esto? ¿No es esa la misión de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales? ¿No fueron estas creadas para llevar a todas las naciones y países al acercamiento y la cooperación mutua, y no para maniobras políticas? Al final, la existencia formal de esas organizaciones y sus políticas aislacionistas sólo aceleran nuestra crisis y tal vez este es el beneficio que cosechamos de ellas. Entonces, es necesario crear un cuerpo internacional de influencia, que conste de científicos, economistas y sociólogos (no políticos), es decir de personas que entiendan el estado del mundo y los nuevos métodos para resolver los problemas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.