Entre los dos mundos

La crisis no está por fuera de la persona o en el sistema que hemos creado externamente; más bien esta crisis está dentro de nosotros. Está antes que nada en el entendimiento de todos de cuál es nuestra condición real. Esto “viene” concretamente del sistema tiene sus raíces en el mundo del Infinito, el cual estamos comenzando a estudiar. Todo está predeterminado. Simplemente estamos descubriendo nuestras reservas internas, nuestras Reshimot (genes informativos) Y así avanzaremos hasta descubrir que estamos en un sistema completamente nuevo. En el dibujo podemos ver un sistema, el segundo sistema por debajo de él y el tercero por encima de este.

El sistema de en medio somos nosotros en nuestras sensaciones ordinarias. El sistema de más abajo son las nuevas fuerzas egoístas que aparecen en nosotros. Pero por el momento no sentimos claramente que están en nosotros. Aparecen en nosotros de la nada, como si estuviéramos controlados por ellas. Existen muchas teorías acerca de este tema, incluyendo algunas cósmicas. Existe otro sistema que parece opuesto a nosotros: el sistema altruista, el sistema del otorgamiento, de conexión, el sistema integral. Nuestro sistema egoísta es opuesto al nuevo sistema. Todos estos sistemas están revelados en nosotros, en mí. ¿Por qué me atraje a mí mismo “dentro de mí?” Porque yo siento que las fuerzas egoístas dentro de mi no son mías. Ellas comienzan a parecer en mí como extrañas, como si vinieran desde abajo. Por otro lado, yo ya siento que me había “enredado” con otro sistema, el cual no es el que yo creé.

Hasta hoy, solo la parte media del sistema existía para mí, la parte que esta coloreada en amarillo, “yo”. Yo existo. Este soy yo. Este es nuestro mundo, en el cual encontramos nuestro camino fácilmente. Todo estaba bien. Ahora veo que hay ciertos pensamientos que no son exactamente míos, y también ciertos sentimientos, tanto como los deseos. ¿Por qué? Es porque yo no siento que me traigan la auto realización que es justo lo que necesito. Es por esto que la gente escapa a las drogas, se divorcia o a diferentes tipos de terror. Ellos no sienten que son en ellos. El sentimiento de mí “ser” individual desaparece. Nosotros comenzamos a sentir que ciertas fuerzas (que no son nuestras) están llenándonos y empujándonos. Sentimos que nuestro egoísmo es externo a nosotros. Es la fuerza que llega desde afuera. No soy yo. Yo soy algo diferente. Hay algo mas en mi, algo natural y yo simplemente estoy siendo cargado con fuerzas egoístas. Ellas me irritan. Así, yo comienzo a sentir que mis fuerzas egoístas no son mías y yo las llamo “la inclinación al mal”, los malos deseos, los deseos malintencionados, los deseos que no son míos, que me fueron infundidos. La persona se vuelve distante de su naturaleza. El “yo” comienza a identificarse con la adición que está por encima de una naturaleza previa. Él tiene el sentimiento de que “yo” no son mis deseos, “yo” no son mis pensamientos. Yo puedo separarme de ellos, yo puedo elevarme por encima de ellos y puedo cambiarlos. Es por esto que he trazado el sistema en dos partes. Es muy importante porque en esta forma yo ya comienzo a verme como algo complejo. Ahí está el “yo” y ahí están mis deseos y los atributos egoístas que simplemente existen en mí, pero yo puedo de alguna manera anularlos y cambiarlos. No estoy atado del todo a ellos. Como resultado de este descubrimiento de “quien y que soy”, comienzo a sentir que al mismo tiempo yo estoy en otro mundo. Esto es, todo a mí alrededor parece igual, pero ahora algo es diferente, algo ha cambiado. Parece que yo me encuentro en un entorno donde hay otros pensamientos, otros sentimientos, algo de conspiración en mi contra. Aun no encuentro qué es, pero estoy en un espacio donde existen muchas fuerzas diferentes, pensamientos diferentes y diferentes vínculos que fluyen a mí alrededor. Y siento que ellas existen, pero ellas no me pueden tocar. Más bien, ellas solo pueden envolverme y yo no puedo hacer nada con ellas. Este es nuestro sentir en el mundo: Es muy claro y nos guía hacia resultados claros.